El informe del FMI sobre Argentina: un panorama duro, afilado y sin edulcorantes

Los especialistas que siguen al Fondo se sorprendieron por lo estricto del "staff report". No hay un acuerdo escrito que diga que el dólar quedará fijo hasta noviembre.
Sergio Massa y Kristalina Georgieva, titular del FMI, en su último encuentro, la semana pasada.
Sergio Massa y Kristalina Georgieva, titular del FMI, en su último encuentro, la semana pasada.

El extenso documento que el Fondo Monetario Internacional reveló el viernes sobre la situación económica argentina y el programa con el organismo fue calificado como “duro”, “afilado”, “sin edulcorantes” por expertos en Washington.

Es porque, a pesar de que el FMI autorizó el desembolso de unos US$ 7.500 millones para el país, el staff report dice que el plan “descarriló”, advierte sobre los peligros de los próximos meses y sostiene que siguen siendo necesarias pequeñas devaluaciones, aunque desde Economía aseguran que mantendrán el dólar oficial fijo hasta noviembre.

El directorio del FMI aprobó el miércoles la quinta y sexta revisión del programa y giró el monto ansiado por el Gobierno, con Massa en Washington. El viernes dieron a conocer el llamado staff report, el informe minucioso que los técnicos elaboraron por varios meses, que incluye un relevo de la economía y las políticas que vienen. Señalaron que el Gobierno no cumplió las metas de programa por la sequía y “el desvío y demoras” de implementación de políticas y cambiaron la meta de reservas y la monetaria, aunque la fiscal se mantuvo en un déficit de 1,9% a fin de año.

Claudio Loser, ex director para el Hemisferio Occidental del FMI y un hombre muy conocedor del lenguaje de los staff report, dijo a Clarín que “el documento es duro, si se considera que hay críticas a la gestión del Gobierno y sobre los peligros que surgen para los próximos meses. Pero esa dureza, que no es lo habitual en una revisión considerada exitosa, refleja el hecho de que las autoridades no cumplieron con lo pactado en términos del resultado fiscal y monetario, y acciones como mínimo débiles o contradictorias con el plan cambiario (aunque difuso) de hace pocos meses”.

Sin embargo, Loser apunta que “lo más importante es que aprobaron el programa, y que los técnicos explican muy claramente los riesgos en los próximos meses para que no haya sorpresas a fin de año. De cierta manera se protegen de posibles acciones equívocas de las autoridades, como por ejemplo los aumentos de sueldo y jubilaciones anunciadas por Massa”.

El FMI, que habla a través de los comunicados y su reporte, no ha hecho comentarios sobre los recientes anuncios del ministro que incluyen aumento a las jubilaciones y las sumas fijas a los empleados públicos y privados.

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Seguramente algunas de esas medidas –que se calcula que podrían significar un costo fiscal extra de unos 500.000 millones de pesos--, fueron conversadas por el ministro con las autoridades del Fondo cuando estuvo aquí en Washington. “Las autoridades están implementando ahora un paquete de medidas para encarrilar el programa”, dijo el reporte y señala que en septiembre habrá subas de luz para los hogares de ingresos bajos y medios y comercios.

Pero es posible que el tigrense, que busca prenderse en la segunda vuelta electoral, haya avanzado en sus anuncios más allá de lo que el organismo esperaba y deseaba. El Fondo analizará y tolerará “deslices”, siempre y cuando el número final le cierre. Se verá en noviembre, en la próxima revisión, pero entienden que, aunque Massa sea el candidato y esté tentado a ampliar el gasto estos meses, también desea y le conviene llegar a una estabilización.

Brad Setser, experto en deuda soberana del Council on Foreign Relations, tuiteó que “el último staff report sobre Argentina debería ser considerado como un modelo. Análisis claro, afilado, sin edulcorantes y muy centrado en el tipo de cambio, la intervención, el balance del BCRA y la balanza de pagos”.

 

Nada por escrito

Un dato es que en el reporte no hay ningún acuerdo escrito para mantener el tipo de cambio fijo hasta noviembre, a pesar de que desde Economía habían dejado trascender que el dólar oficial, después de la devaluación, quedaría plantado en $ 350 hasta entonces. El staff report señala, en cambio, que hay que avanzar con el “crawling peg” o devaluación gradual para mantener la competitividad.

Tampoco hay detalles sobre las bandas cambiarias para poder intervenir y frenar el dólar que anunció Massa en su conferencia de prensa en Washington, pero el Fondo busca que las intervenciones sean de carácter limitado, temporal y solo cuando los mercados se tornan desordenados. El staff report enfatiza que cada acción debe ir de la mano de “la consistencia con las metas de acumulación de reservas”
El organismo no está ajeno a la situación electoral y es algo que sigue de cerca. Los funcionarios han hablado ya con Javier Milei y su equipo económico y también con los expertos que rodean a Patricia Bullrich. A pesar de que Massa ha dicho que desde Juntos por el Cambio habían intentado frenar el desembolso, el FMI no tuvo registro de eso en su reporte, en el que señaló que sus contactos con la oposición fueron productivos.

Loser advierte que los meses que vienen no son fáciles: “El Gobierno debe tener cuidado en cuanto al cumplimiento de los objetivos para obtener el próximo desembolso en noviembre (cuando sea la séptima revisión). Pero ese desembolso ocurriría después del balotaje y tendría que negociarse con el nuevo gobierno, sea quien sea el ganador. En esas circunstancias hay bastante peligro de que no se cumpla el programa en los últimos meses del año”.

En ese sentido, el Fondo está listo para negociar con quien sea, incluso un nuevo programa. Pero los expertos señalan que el camino a seguir será duro. Mark Sobel, exfuncionario del Tesoro y ex representante de EE.UU. en el FMI, tuiteó que “este será el último desembolso antes de la elección del nuevo presidente. El FMI lleva mucho tiempo refinanciando su exposición, evitando mirar las horribles prácticas económicas. Después de las elecciones, el FMI debe exigir un duro programa de estabilización y reforma. Si Argentina se resiste, el FMI debería desconectar el enchufe, incluso si eso significa atrasos en los pagos”.
 

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