Por qué el PRO empieza a eclipsar al radicalismo y pasa a ser el partido dominante

En una década, el PRO demostró que logró salir de CABA y convertirse como fuerza nacional. El impacto de la renuncia de Mauricio Macri pone en evidencia que esa expansión lo va consolidando como el partido dominante dentro de Juntos por el Cambio, quitándole espacio a la UCR.
Por qué el PRO empieza a eclipsar al radicalismo y pasa a ser el partido dominante

“El impacto político de la renuncia de Mauricio Macri pone al PRO como partido dominante de Juntos por el Cambio y reemplaza definitivamente a la UCR como el partido no peronista argentino”, confiesa a MDZ un dirigente del radicalismo bonaerense. No es el único que piensa así entre los radicales, la mayoría de la dirigencia considera que tienen una buena estructura partidaria en todo el país, pero carecen de candidatos competitivos a nivel nacional como los del partido amarillo y tampoco tienen dirigentes de peso en el AMBA, fundamentalmente en el conurbano.

Obviamente, desde el PRO coinciden con este análisis, aunque admiten que necesitan del aparato radical en las provincias. De todas formas, ya nadie discute que es el gran partido de la clase media como alguna vez lo fue el radicalismo 

Un espacio político que creció en CABA logró en 2015 que su fundador llegue a la Casa Rosada. Más allá de la derrota de 2019, en Juntos por el Cambio ven claramente que el PRO tiene varios referentes con enorme proyección nacional, como el propio Macri, Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal.

Como si eso fuera poco, muestran en el AMBA, donde reside casi el 50% del padrón nacional, dirigentes instalados con alto nivel de conocimiento. Diego Santilli, Cristian Ritondo y Néstor Grindetti están muy bien posicionados frente a la debilidad que exhibe la Unión Cívica Radical. Solo Martín Lousteau tiene peso nacional y popularidad en CABA y en el Gran Buenos Aires. Y en territorio bonaerense quizás Gustavo Posse sea el radical más conocido desde su gestión en San Isidro.

Incluso, los amarillos han logrado dos fenómenos políticos de alto impacto: Grindetti ganando dos veces una intendencia peronista como la de Lanús en pleno corazón de la Tercera Sección Electoral y su bendición para que continúe Diego Kravetz, algo que parecía imposible hace una década atrás. “Los 32 municipios radicales juntan 350.000 votantes, solo Lanús 450.000”, destaca un referente territorial del PRO. 

“Si sumamos Mar del Plata, Tres de Febrero, La Plata y Bahía Blanca, queda claro que el radicalismo no tiene por dónde empezar para competirnos”, agrega el vocero del partido amarillo. Incluso, Diego Valenzuela con su experiencia en un municipio lindante a CABA pero con particularidades del conurbano, como Fuerte Apache, demuestra la profundidad del voto del espacio fundado por Macri. Además, Valenzuela desde Tres de Febrero es otro dirigente muy bien posicionado en las encuestas del AMBA. 

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Siempre se dijo que el déficit del espacio político amarillo estaba en el interior porque los radicales tienen un Comité en cada pueblo. Un dato cierto, además gobiernan muchas intendencias de ciudades capitales. Pero a la hora de contabilizar los que tienen más chances de ganar en el interior, sólo aparecen Maximiliano Pullaro en Santa Fe con serias chances de ser el próximo gobernador. 

No se sabe dónde va a jugar Rodrigo De Loredo en Córdoba. Si va a ir en la fórmula con Luis Juez o competirá por el municipio capitalino. Quizás Roberto Sánchez, exintendente de Concepción, pueda pelearle junto a German Alfaro - jefe comunal de San Miguel de Tucumán y aliado del PRO - la contienda a la fórmula Osvaldo Jaldo y Juan Manzur. Pero no mucho más que mueva el amperímetro.

Mientas tanto, desde las filas del partido que preside Bullrich apuestan a tener por primera vez dos gobernadores propios. Rogelio Frigerio en Entre Ríos lidera las encuestas para ganar, aunque no con tanta comodidad como en las legislativas del 2021. Parece que otra vez un grupo de intendentes radicales van a enfrentarlo en la PASO. El elegido es el hombre fuerte de Chajari, muy cerca de Concordia, Pedro Galimberti, quien hace dos años le sacó minoría a Frigerio en la primaria. Ahora vuelve por la revancha.

El otro favorito del PRO es el senador Nacho Torres en Chubut. Viene de darle una paliza al radicalismo en una interna cerrada en Trelew. Ese triunfo lo deja con serias chances de ser el candidato oficial de JxC y perfilarse para la sucesión de Mariano Arcioni.

“¿Vos crees que el PRO va a decrecer territorialmente o va a consolidarse este año? El próximo presidente va a ser amarillo y esto es producto de un plan sistemático. No es un fenómeno transitorio, la película de los últimos años muestra un fenómeno de expansión que no es casual”, describe con descarnada objetividad una fuente del partido centenario.

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