Una persona que se acercó a la comisaría de Huanguelén horas después del crimen y brindó información crucial sobre Matías Manquez Acuña (20) y Francisco Olmedo (21), los dos jóvenes detenidos el sábado por la tarde tras una persecución de 5 kilómetros por la ruta 65. Ambos son los principales sospechosos del asesinato de Isabel Álvarez (81) en un campo de Huanguelén.
El testigo decía estar enterado del crimen y tener información acerca de dos personas que desde hacía semanas tenían intenciones de asaltar a la mujer. Además, aportó el aguantadero en el que estarían escondidos en Guaminí.
Tras obtener esa información, dos oficiales vestidos de civil se hicieron presentes en el lugar y siguieron a los dos jóvenes mientras caminaban hacia la laguna de Guaminí y los vieron arrojar una pistola calibre 22, que le pertenecía a la víctima y se cree que es la que utilizaron para matarla.
?Mientras esperaban la orden de allanamiento, los oficiales notaron que un auto Fiat Cronos gris frenó en la puerta de la propiedad. Se trataba de un remisero al que le habían encargado un viaje hasta el Conurbano. Cuando salieron a la ruta, fueron sorprendidos por un operativo policial que parecía de rutina pero que, en realidad, los estaba esperando.
Manquez Acuña vivía en una casa de chapa frente a las vías de Bonifacio. Tiene antecedentes por delitos menores y contravenciones. El remís en el que fueron detenidos los llevaban a la casa de sus ex familiares en el Conurbano.
Por su parte, Olmedo no cuenta con antecedentes. Su padre está detenido desde octubre, por amenazas y violencia de género. "Olmedo, entre otras tareas, había pintado la casa. La conocía bien. Sabía que la mujer guardaba un arma arriba del ropero", detalla una fuente con acceso a la causa.
"Olmedo era jornalero, vivía en el mismo pueblo. Había trabajado en varias oportunidades para la mujer", explica un investigador. Y agrega: "Incluso él mismo le había pedido trabajo, diciéndole que lo necesitaba. Esa confianza le permitió conocer los movimientos de Álvarez, los de sus hijos y había sido testigo de los distintos pagos que hacía la mujer, por lo que sabía que en la casa había efectivo. Con esa información organizada distintas reuniones con Manquez Acuña, para planear el robo".
