A 4 años de la muerte de Sergio Denis: de su infancia en una colonia alemana al romance con Susana Giménez

El cantante falleció el 15 de mayo de 2020, poco más de un año después de haber caído al foso de orquesta del teatro Mercedes Sosa de Tucumán donde daba un show a sala llena
  • Héctor Omar Hoffmann -tal su verdadero nombre- había nacido el 16 de marzo de 1949 en la colonia alemana San José de Coronel Suárez Héctor Omar Hoffmann -tal su verdadero nombre- había nacido el 16 de marzo de 1949 en la colonia alemana San José de Coronel Suárez
  •  Sergio en la portada de su primer disco solista  Sergio en la portada de su primer disco solista
  •  Sergio junto a su esposa y sus hijos  Sergio junto a su esposa y sus hijos
  •  Sergio murió a los 71 años, 14 meses después de su accidente  Sergio murió a los 71 años, 14 meses después de su accidente

Su vida no fue nada fácil. Y su muerte, tampoco. El 15 de mayo de 2020, el público recibió la triste noticia del fallecimiento de Sergio Denis. Pero no fue una sorpresa: el cantante llevaba más de un año en estado crítico, luego de la trágica caída que había sufrido el 11 de marzo de 2019 mientras daba su último show en el Teatro Mercedes Sosa de Tucumán. Allí, una pasarela improvisada y un foso de orquesta sin cubrir marcaron su destino. En ese momento, entonaba Te llamo para despedirme, tema que había grabado en 1969 cuando estaba dando sus primeros pasos en la música. Y soñaba con celebrar su medio siglo de carrera con un recital que estaba planeando dar en el Luna Park, cuando por una negligencia aún no resuelta por la Justicia su luz se apagó.

Héctor Omar Hoffmann -tal su verdadero nombre- había nacido el 16 de marzo de 1949 en la colonia alemana San José de Coronel Suárez, una ciudad de 60 mil habitantes que está ubicada a 580 kilómetros de Buenos Aires. “Nosotros éramos los cabecitas del pueblo, porque éramos los que peor hablábamos castellano. Y nos queríamos parecer al resto de los habitantes que eran bastante chetos”, recordaba el intérprete de Te quiero tanto, que por aquella época era señalado por su color de pelo oscuro y había sido apodado como “El Negro” por sus compañeros de escuela.

 

La infancia de Sergio

Denis era hijo del carpintero Feliciano Hoffmann y María Ester Frenzel, que también eran padres de Carlos y de Nora, sus hermanos. “Nunca volví a la casa de mi infancia. Me da mucha tristeza. Haber tenido una niñez pobre en el momento te duele, pero te enseña mucho. Muchas noches me iba a la cama sin comer. Sólo tomaba un café con leche porque no había laburo. Y mamá no nos lo decía para que no sufriéramos. Eso y mil cosas más. Como tener roto el pantalón que usaba para el colegio secundario y, como no había guita para comprar otro, me lo tapaba con la mano para que no me lo vieran”, contaba Sergio.

Sergio tuvo que salir a trabajar para ayudar a la familia desde muy chico. Sus primeros rebusques fueron en la carpintería de su padre, de dónde lo echaron por “inútil”, y en la fábrica de cemento de su tío. “Aprendí a hacer mosaicos. Y los hacía bien a pesar de ser un enano de 14 años. Después, trabajé en una casa de repuestos de autos. Hasta que me vine a Buenos Aires”, recordaba sobre su paso previo a la fama.

Con una valija llena de ilusiones, Sergio llegó a Capital Federal en marzo de 1969. Primero grabó un disco con un grupo de la localidad de Moreno llamado Los Bambis, pero no le gustó el resultado. Así que se separó de la banda y se mudó a la pensión de camioneros La Reja. “La dueña me vio llegar todo mojado, porque venía caminando bajo la lluvia, me dijo: ‘Te voy a hacer un guiso’. Eran las doce de la noche y lo bien que me vino”, recordaba. Pero lo cierto es que enseguida comenzó su carrera solista y, tras derribar algunos obstáculos, logró su objetivo de convertirse en una estrella de la canción.

 

Una larga lista de romances

Las mujeres lo adoraban y tuvo incontables romances. La lista de sus amoríos incluye a Susana Giménez. Pero se casó con Mirta Messi, madre de sus tres hijos Federico, Bárbara y Victoria.Él mismo reconoció no haber sido todo lo prolijo que ella hubiera merecido al momento de la separación, lo que incluso llegó a distanciarlo por unos años de los chicos. Con el tiempo ambos lograron restablecer un vínculo ameno. Al punto que ella se convirtió en su mayor sostén en los momentos más difíciles de su vida.

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El primer gran golpe llegó en 1995, cuando junto con su hermano y representante quiso hacerse cargo del Coliseo de Lomas de Zamora y perdió todo lo que tenía. Incluso sus cuerdas vocales, que se vieron afectadas por el estrés de la situación. “Alquilamos una sala de teatro lírico, de mil novecientos ochenta y pico, y había que remodelarlo. Tenía capacidad para mil doscientas personas y era millonario lo que había que poner. Y metimos la pata hasta el fondo. Entonces, yo empecé a pedir plata a los usureros. Llegué a deber dos millones novecientos mil dólares. Así que durante 17 años pagué deudas. Y, recién cuando terminé con todo eso, recuperé la voz”, contaba Sergio.

 

Sergio Denis, un sobreviviente

Lo cierto es que, cuando por fin pudo volver a los escenarios y acomodar sus finanzas, el cantante tuvo que atravesar otro terrible trance que lo puso al borde de la muerte. El 14 de mayo de 2007, cuando estaba de gira por Asunción del Paraguay, sufrió una descompensación que derivó en un paro cardiorrespiratorio. Los médicos del Sanatorio San Roque de esa ciudad, al que había llegado inconsciente, lograron reanimarlo después de que pasara 17 minutos sin signos vitales. “Vi un lugar de mucho miedo, oscuro y negro. La mitad de mi cuerpo estaba en un rectángulo. Yo lo insultaba, para mí era el diablo… Había una ventana, era un horror”, contó sobre ese hecho.

Luego llegó la depresión. En 2010, tuvo que ser internado en un instituto psiquiátrico luego de haberse automedicado y haber ingerido algunas pastillas de más. “Estaba un poco loco”, reconoció él mismo parafraseando uno de sus hits. Pero, una vez más, logró recuperarse. Y agradeció que sus fans nunca lo abandonaron. Por eso, cuando estaba a punto de cumplir sus 70 años, anunció que quería hacer un gran festejo con el público en el mítico estadio de box porteño. Pero no hubo celebración posible. El día que llegó a las siete décadas, ya llevaba 5 largas jornadas peleando por su vida. Y 14 meses más tarde, después de haber pasado por el hospital Ángel C Padilla de Tucumán, el Sanatorio Los Arcos de Buenos Aires y el centro de rehabilitación ALCLA del barrio de Belgrano, falleció sin poder hacer realidad su último deseo.

 

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