La masiva Marcha Nacional Universitaria rompió con todos los cálculos que estimaba el Gobierno de la Nación, alcanzando una concurrencia de decenas de miles de manifestantes en las principales ciudades del país y más de medio millón en la Ciudad de Buenos Aires, aunque el Gobierno dice que fueron menos. Además de una fuerte presencia de estudiantes universitarios, docentes y no docentes, hubo una enorme presencia partidaria opositora y sindical que aprovecharon la ocasión.
Cerca del mediodía empezaron las concentraciones en distintas sedes de la Universidad de Buenos Aires mientras desde el conurbano llegaban miles de manifestantes para dirigirse a Plaza Houssay o la Plaza del Congreso. La movilización se realizó bajo el lema: "En defensa de la universidad publica" y contó con la participación de la Confederación General del Trabajo (CGT) las dos ramas de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA de los Trabajadores y CTA Autónoma), el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), el Partido Justicialista (PJ) y la Unión Cívica Radical (UCR).
Aunque desde las universidades nacionales pidieron que no hubiera banderas partidarias ni de sindicatos u otras enseñas ajenas al ámbito académico, hubo muchísimas de este tipo. Para el momento del acto central en la Plaza de Mayo, el Microcentro estaba completamente colapsado, con la principal plaza del país repleta, las avenidas Diagonal Norte, Diagonal Sur y de Mayo sin espacio para un alfiler y todavía una multitud en el Congreso.
Al momento del discurso, a pesar de que el centro de la protesta era por el "presupuesto universitario" que se congeló a mediados de 2023 y volvió a actualizarse con este Gobierno, comenzaron hablando Taty Almeida, Adolfo Pérez Esquivel y representantes sindicales que lejos estuvieron de centrarse en el móvil de la marcha. Recién al final del acto central habló Piera Fernández de Piccoli, presidenta de la Federación Universitaria Argentina, y fue contundente: "Nuestras universidades han sufrido un fuerte ajuste en términos reales en los denominados gastos en funcionamiento. Las partidas que mes a mes manda el Poder Ejecutivo fueron congeladas".
Tras el cierre oficial de la manifestación, por las calles porteñas siguió la movilización en el marco de la desconcentración, lo que terminó por generar un caos de transporte. Colectivos, subtes y trenes de la Ciudad de Buenos Aires colapsaron y se replicaron las largas filas en cada una de las paradas y estaciones.
