Ya desde su nacimiento los hermanos Chang y Eng Bunker no tuvieron una vida fácil. Los chicos fueron los primeros siameses que se conocieron en el mundo. aún antes de que esos tipos de nacimientos llevaran ese nombre. De hecho, el nombre genérico posterior se debe a ellos que vinieron al mundo en 1811 en Siam, región de Asia que actualmente pertenece a Tailandia en el sudeste asiático.
La semana pasada se conoció la historia de las siamesas Brittany y Abby Hensel. Las chicas fueron noticia porque una de ellas se casó y generó mucho revuelo en las redes sociales. Las dos jóvenes vivieron todo el tiempo entre la exposición morbosa que le proponían los medios de comunicación y el ostracismo para evitar esas miradas incómodas. De hecho muchas veces, las jóvenes se ponían furiosas ante preguntas sobre su sexualidad.
Hace más de dos siglos los Bunker pasaron por la misma situación. Nacidos en Siam (la actual Tailandia), Chang y Eng estaban conectados por el esternón. Y además, sus hígados estaban fusionados. Los gemelos tenían sus cuerpos completamente formados. Eran dos personas completas, un caso único en la historia de la medicina. Al menos hasta ese momento.
Ingreso al mundo de los freaks
En esa época pululaban por Europa y Estados Unidos los circos de variedades. Allí, en carpas que se trasladaban entre los pueblos actuaban desde cantantes, bailarinas y los llamados freaks. Eran personas que tenían alguna anormalidad corporal que los hacía diferentes y generaba el morbo en el público que pagaba la entrada para ver cómo se movían en el escenario de piso de aserrín. Muchas veces las actuaciones terminaban con burlas de los espectadores alcoholizados que tiraban monedas y tomates sobre los artistas.
Chang y Eng vivieron en ese mundo cruel, que sólo los aceptaba como criaturas exhibidas, los llamados freaks. Aun así, los Bunker tomaron control de su propio destino. Antes de morir a la edad de 62 años, se casaron, se establecieron en el campo y tuvieron 21 hijos.
En una biografía de los gemelos llamada Inseparable: The Original Siamese Twins and Their Rendezvous With American History , el autor Yunte Huang escribe que los niños fueron vistos inicialmente como “malos augurios”. El rey de Siam incluso los condenó a muerte. Sin embargo, la sentencia nunca se llevó a cabo. Y los niños lograron sobrevivir.
Así, los hermanos crecieron en relativa paz en la costa del río Mekong. Pasaban los días vendiendo huevos de pato y muchas noches nadando en el río. Se la rebuscaban para coordinar sus brazos y piernas. Allí, mientras disfrutaban del agua, los vio por primera vez el empresario escocés Robert Hunter.
Hunter los observaba nadar y en su cabeza sólo pensaba en la cantidad de billetes que le iba a traer a su circo que recorría las islas británicas y Estados Unidos. Pero no todo fue tan fácil. El rey de Siam le negó a los chicos el permiso para abandonar el país. De ser sinónimo de mala suerte, pasaron a ser claves para la economía de Siam.
Hunter tardó cinco años en convencer al monarca para que libere a los hermanos. Cada verano volvía a Siam, El empresario charlaba con la familia y los allegados al rey. Se quedaba varios meses en Asia. Soportaba las lluvias tropicales. Su único objetivo era llevarse a los Bunker a Europa y Estados Unidos. La inversión dio sus frutos cuando Chang y Eng cumplieron 18 años en 1829. Ese año, el monarca acordó dejarlos realizar una gira de cinco años.
La primera gira de los hermanos Bunker
Con una pequeña maleta en la mano, Chang y Eng Bunker abordaron un barco con destino a Boston. Nunca volverían a Siam ni volverían a ver a su familia.
Aunque en Siam los llamaban “gemelos chinos” (su padre era chino y su madre era china y siamesa), Chang y Eng fueron apodados “gemelos siameses” cuando llegaron a Estados Unidos. Ese nombre quedaría luego para todos los bebés nacidos con la misma condición que los Bunker.
Apenas bajaron del barco en Boston generaron mucho revuelo entre el ecosistema del puerto. Los marineros y las mujeres que trabajaban en los bares hicieron correr la noticia de la llegada de los hermanos Bunker, cuyos cuerpos estaban pegados por el pecho y eran inseparables.
En Boston, fueron sometidos a diversas pruebas. Hunter los llevó a un médico estadounidense que examinó la banda carnosa que los conectaba y descubrió que ambos sentían dolor cerca del pecho. Sin embargo, a cada lado del centro, sólo un gemelo sintió dolor. El médico también señaló que “cuando un hermano sentía un sabor amargo en la boca, al otro le pasaba lo mismo. Y al hacerle cosquillas a uno de ellos, el otro también las sentía”.
Los años siguientes, Chang y Eng se la pasaron de gira entre Estados Unidos y Europa. Su rutina artística consistía en actos físicos como volteretas hacia atrás. Pero a medida que comenzaron a aprender a hablar inglés, los hermanos Bunker también comenzaron a interactuar con la audiencia hablando y respondiendo preguntas.
Cuando Chang y Eng cumplieron 21 años se independizaron de Hunter, a quien acusaron de maltratos físicos y psicológicos. Desde ese momento, empezaron sus giras en forma solitaria. Con el dinero ahorrado se compraron casas y campos en Traphill, Carolina del Norte, el sur de Estados Unidos.
Chang y Eng se enamoran
Chang y Eng se radicaron en el sur de Estados Unidos. Y se casaron con las hermanas Yeats
Después de establecerse en esa zona de campos de algodones cercana al río Mississipi, Chang y Eng se casaron con dos hermanas, Adelaide y Sarah Yates, en 1843. En ese momento, los hermanos conocían a la familia Yates desde hacía años. Pero el matrimonio todavía causó sorpresa y algunas objeciones feroces de la iglesia conservadora del sur de Estados Unidos.
Los diarios de la zona informaron sobre los matrimonios en términos burlones o negativos. Chang y Eng no sólo se casaron con mujeres blancas, sino que muchos en el país también los consideraban “bichos raros”. Cuando las parejas paseaban por la ciudad en una carreta abierta, un periódico local informó que “se desató un infierno” entre los residentes. “Unos hombres rompieron algunas ventanas de la granja, mientras que otros amenazaron con quemar sus cultivos”, informó el periódico.
Para celebrar las bodas, la familia Yates incluso le regaló a los gemelos Bunker una esclava llamada Grace Gates. Ella fue la primera de muchas personas que serían esclavizadas por Chang y Eng. En total, los hermanos esclavizaron al menos a 18 personas, muchos de los cuales eran niños.
Las parejas construyeron dos casas. Los hermanos siameses pasaban tres días con la esposa de Chang en una y luego otros tres con la pareja de Eng. Chang y Adelaide finalmente tuvieron 10 hijos, y Eng y Sarah, 11.
Los hermanos nunca hablaron en forma pública de su vida sexual. Sin embargo, todo indica que coordinaban para tener relaciones con sus esposas al mismo tiempo. Al menos eso sugiere las fechas de nacimiento de sus hijos, separadas apenas por un par de días.
Pero cuando terminó la guerra civil de Estados Unidos, la familia Bunker quedó arruinada económicamente. No sólo habían invertido gran parte de sus recursos en el conflicto, apoyando a los sureños, sino que ya no podían depender del trabajo de los esclavos para administrar su granja. Sin muchas opciones, Chang y Eng Bunker volvieron a las rutas para realizar una nueva gira.
De vuelta a la ruta
Viajaron por todo Estados Unidos. Al llegar al norte del país sufrieron algunos hechos de violencia en su contra. Los espectadores conocía sus antecedentes esclavistas y su apoyo al lado derrotado en la guerra civil. En ese momento, los gemelos tenían más de 50 años. Y las giras empezaron a pasar factura sobre su cuerpo.
Cuando regresaban de Europa, luego de una extensa cadena de shows, en 1870, Chang sufrió un derrame cerebral y quedó con medio cuerpo inmovilizado. Esto le puso punto final a las giras.
Chang se volcó al alcohol para aliviar sus penas. Tomaba grandes cantidades de bourbon casero. Aunque Eng nunca bebía, parecía envejecer más rápido que su hermano y sufrir en su cuerpo los embates del whisky que bebía el otro. Abatidos y frustrados, los gemelos comenzaron a considerar seriamente la separación quirúrgica por primera vez en sus vidas.
Pero esto nunca sucedería. El 17 de enero de 1874, Chang murió mientras dormía a los 62 años, probablemente a causa de un coágulo de sangre en el cerebro. Eng se despertó y encontró a su hermano muerto y supo pronto le llegaría su turno. Vio en la cara fría de Chang su futuro más cercano, su destino dibujado en ese rostro que era similar al suyo.
Según las crónicas periodísticas de la época, Eng gritó: “¡Entonces me voy!”. Las últimas horas de Eng probablemente fueron “horribles”. Aunque los gemelos habían planeado ser separados si uno moría, el médico no llegó a tiempo.
Unas horas más tarde, Eng también falleció. Los doctores evaluaron que su vida terminó por pérdida de sangre debido a que falló el sistema circulatorio que compartía con su hermano.
Después de su muerte, los cuerpos de Chang y Eng Bunker fueron disecados y fotografiados. Sus restos fueron trasladados rápidamente al Colegio de Médicos de Filadelfia, donde fueron separados y estudiados. La autopsia determinó que los Bunker estaban conectados en el hígado y seguramente habrían muerto si se hubiera cortado esa banda de carne que unió su destino durante toda su vida.