Antes que nada, y dada la cantidad de consultas recibidas, aclaremos que el sastre que confecciona los trajes militares del presidente Milei es exclusivo del gobierno y no hace ropa para casamientos, fiestas de quince, bar mitzvá ni mucho menos disfraces para Halloween.
En sintonía con la colección libertaria otoño-invierno, también asistimos a otra moda aún más sofisticada pero no menos alocada: la epidemia de documentales políticos.
Luego del genial documental que la semana pasada presentó el gobierno nacional sobre el 24 de marzo, esta semana se sumó otro del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.
Por ahora solo anunciaron fecha de estreno y título: será el 17 de abril y se va a llamar “Pandemia, gestionar lo desconocido”. Curiosamente, está dirigido y producido por Nicolás Kreplak, el ministro de salud de Kicillof. Obviamente, el protagonista del film es Kicillof. Tiemblan Scorsese y De Niro.
Le juro amigo lector que esto es cierto. Créase o no, el gobierno de Kicillof, a través de un documental, vuelve a poner sobre el tapete el manejo kirchnerista de la pandemia. Como si les hubiera ido bien. No se entiende. Podemos imaginar la alegría de Cristina.
Si la idea era honrar al personal médico que dejó la vida en la pelea contra el virus, hubiera sido preferible que en lugar de hacerles homenajes les paguen mejores sueldos. Cuando Alberto, Cristina y Massa dejaron el gobierno, un médico residente cobraba 350 dólares por mes. Posta.
En cualquier caso, el gobierno de Kicillof se lanza al mundo del documentalismo a través de tipos que se autoperciben cineastas y que en el fondo solo sueñan con ser invitados al programa de Mirtha.
De hecho, en el afiche aparece la frase “un documental de Nicolas Kreplak” como quien dice “un film de Steven Spielberg”. Un cartel merecidísimo ya que, como todo el mundo sabe, Kreplak es un grande del séptimo arte a quien la industria le cerró la puerta por razones políticas y lo relegó a trabajos menores como, por ejemplo, ser el ministro de salud de la provincia más grande del país.
De aquí en más, cada vez que veamos gente durmiendo en la puerta de los hospitales esperando que abran para pedir un turno, ya sabemos quien tiene la culpa: es la Metro Goldwyn Mayer que insiste en ignorar a este genio.
Se supone que el documental cuenta lo bien que el gobierno kirchnerista manejó la pandemia. Si bien todavía no se estrenó, uno ya se lo puede imaginar.
El documental debe arrancar, como no podría ser de otra manera, con imágenes aéreas del Centro Cultural Kirchner, el Hospital Néstor Kirchner en Escobar, el Hospital Néstor Kirchner en La Matanza, el Hospital Néstor Kirchner en San Miguel de Tucumán, el Hospital Cuenca Alta Néstor Kichner en Cañuelas, el Hospital Samic Néstor Kirchner en Laferrere y el Hospital El Cruce Néstor Kirchner en Florencio Varela. El dron aterriza en la rotonda Néstor Kirchner de La Plata y sobreimprime los títulos: “Pandemia, gestionar lo desconocido” un film de Nicolas Kreplak, y ahí funde a negro a la espera de los primeros aplausos.
Sobre negro, se empieza a escuchar la voz de Ginés González García. Vemos al exministro en la conferencia de prensa del 3 de febrero de 2020 cuando dijo “más que el Coronavirus a mi me preocupa el dengue”. Un visionario el tipo. Se le murieron 130.000 argentinos por joder con las vacunas pero hay que reconocer que en ningún momento nos faltó el OFF.
Después aparece un compilado con las mejores escenas de Alberto y sus filminas explicando que Argentina era campeona mundial en el manejo de la pandemia. Luego hay un rápido editado de todos los embajadores y ministros del mundo refutando los datos que había dado el “presidente”.
Se escucha el rugido de las turbinas de Aerolíneas. Corte a Moscú. Plano general de la Plaza Roja. En un salón del Kremlin está la delegación argentina que viene a negociar la Sputnik. Se ve venir a Putin con el asistente que hace el té. Hay mucha emoción en Cecilia Nicolini, Carla Vizzotti y en otros funcionarios kirchneristas que, hasta ese momento, eran pobres. Putin le da la mano a cada uno y sonríe. Habla en ruso con el asistente. Aparecen los subtítulos: “¿vinieron más boludos o son estos nomás?
Rugen otra vez las turbinas de Aerolíneas. Vuelta a Buenos Aires. Por corte vemos una imagen aérea del Ministerio de Salud. Es la famosa noche del vacunatorio VIP. Arranca un preludio de Bach en tonalidad menor para darle sordidez a la escena. La cámara va recorriendo pasillos vacíos del ministerio hasta llegar a un oficinita con tubos fluorescentes. La música crece. Sobre un escritorio vemos a un tipo en cuatro patas con los calzones bajos. Es Verbitsky.
La cámara gira lentamente alrededor de él y se detiene justo detrás de las castañuelas caídas del jefe montonero. En segundo plano entra un enfermero con una jeringa en la mano. Al verlo a Verbitsky en esa posición se detiene.“Disculpe Don Horacio, la vacuna va en el brazo”.
Por corte vemos a Zannini hablando con Verbitsky. Es la famosa charla que tuvieron luego del escándalo del vacunatorio VIP y que fue revelada por el propio Zannini en una entrevista en C5N. “No te sientas culpable Horacio, está bien que te hayas vacunado porque sos una personalidad que necesita ser protegida por la sociedad. Es más, deberías haberte sacado la foto de ese momento”. Verbitsky mira para abajo: “no, dejá...”
No vamos a spoilear el documental no sea cosa que después nos echen la culpa del fracaso, pero créame amigo lector que debe estar todo.
Seguro metieron las mejores imágenes de la festichola en Olivos, el sabotaje a las vacunas americanas incluyendo el momento en que Jorge Rachid, asesor sanitario de Kicillof, dice el 27 de diciembre de 2020 que Pfizer quería llevarse los glaciares. También debe estar la escena del 27 de mayo del 2021 cuando la diputada Cecilia Moreau dijo que otros países le habían entregado a Pfizer sus recursos naturales.
Obviamente tampoco faltarán las imágenes de Alberto y Moyano en agosto de 2020 comiendo asado con sus familias durante el momento de la cuarentena más estricta. Veremos las persecuciones en todo el país, los runners, las escuelas cerradas, Alberto con su dedito en alto diciendo que se acabó la Argentina de los vivos, la culpa de su querida Fabiola, los campos de confinamiento de Insfrán en Formosa, la liberación de presos, la prohibición de despedir a los seres queridos, el ministro Gollán diciendo que el virus lo traían los porteños, la jefa de migraciones Carignano burlándose de los que estaban fuera del país, la segunda dosis de la Sputnik que no llegaba nunca, el papá de Solange, el de Abigail llevándola en brazos, etc. etc.
Todo inolvidable. Un documental que te muestra mejor que nadie las cosas que hizo el kirchnerismo. Y que te permite entender mejor por qué ganó Milei.
El León se puede seguir disfrazando de extraterrestre todo lo que quiera. Le dejaron la vara del ridículo muy alta.
De lo importante, o sea del Juez Lijo, hablaremos otro día.