La inspiradora vida de las siamesas Abby y Brittany, una historia que desafía los límites de la medicina. Polémica mundial

En un evidente ejemplo de superación, las jóvenes lograron todo lo que la ciencia parecía haberles negado: estudiaron, trabajan y una de ellas contrajo matrimonio. Un recorrido por su extraordinaria vida
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En un pequeño pueblo de Minnesota, Abby y Brittany Hensel comparten más que la sangre y la familia. Unidas por el tórax desde su nacimiento el 7 de marzo de 1990, estas siamesas han tejido una historia de vida que desafía los límites de la medicina, rompe con las convenciones sociales y redefine el concepto de individualidad.

Abby y Brittany son gemelas unidas dicephalus, una enfermedad que rara vez tiene una esperanza de vida más allá de la infancia. Aunque tienen cerebros, médulas espinales y corazones separados, sus órganos de cintura para abajo son totalmente compartidos, y las gemelas controlan cada una un brazo y una pierna.

Su madre, Patty Hensel, contó en un documental de 2007, Extraordinary People: The Twins Who Share a Body (Gente extraordinaria: gemelas que comparten cuerpo) que tuvo un embarazo normal así que cuando dio a luz sólo esperaba un bebé. Al nacer, todo cambió. Se les dijo que probablemente sólo vivirían unas pocas horas, pero desde el comienzo dieron pelea a las probabilidades y han seguido haciéndolo.

Con el tiempo, cuando aún eran pequeñas, a Patty y a su marido Mike Hensel se les planteó la opción de separarlas, pero les adelantaron que serían varias intervenciones quirúrgicas y los riesgos y la probabilidad de que sólo sobreviviera un bebé eran muy altas. Finalmente decidieron no hacerlo. Su padre declaró a la revista Time en 2001 que le parecía imposible elegir entre las dos.

“Nunca desearíamos estar separadas”, explicaron Abby y Brittany en el documental de 2007. “Porque entonces no podríamos hacer las cosas que podemos hacer: jugar al softball, conocer gente nueva, correr”.

Es muy raro que nazcan siameses, se cree que ocurre en uno de cada 200.000 nacimientos, y que el 40-60% de ellos nacen muertos y el 70% son de sexo femenino (aunque se desconoce el motivo), según un artículo publicado por el Departamento de Ciencias John Burroughs. El proceso por el que los gemelos idénticos se separan sólo parcialmente para formar gemelos unidos no se conoce del todo, y la poca frecuencia de estos casos no permite realizar muchos estudios científicos.

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Hay muchos tipos distintos de gemelos siameses en función de las partes del cuerpo que comparten, pero lo más frecuente es que los gemelos tengan sus propias características. Al igual que Abby y Brittany Hensel, otros casos de gemelos unidos muestran preferencias y personalidades individuales, aunque pueden “compartir pensamientos” debido a su condición combinada.

De hecho, en el documental de 2007, Abby y Brittany explicaron que a menudo son capaces de anticipar lo que dirá la otra al redactar un correo electrónico o un mensaje en línea. De hecho, tienden a referirse a sí mismas como una sola persona, a menos que no estén de acuerdo. En esos casos, dirán “Abby dice” o “Brittany dice”.

Coordinación y aceptación


Desde su aparición en el show de Oprah Winfrey en 1996 y su retrato en la portada de la revista Life, Abby y Brittany capturaron la atención de millones en todo el mundo... Y también sufrieron el acoso de los medios de Estados Unidos. Luego, con el tiempo ellas prefirieron hacer una vida normal, lejos de las cámaras.

Y más allá de la curiosidad mundial que despiertan, su historia es un testimonio de valor, cooperación y amor incondicional. Cada una maneja un lado de su cuerpo compartido con una coordinación que pocos hermanos podrían aspirar a tener.

Desde pequeñas, Abby y Brittany aprendieron a convivir con su cuerpo, que comparte dos pulmones, dos corazones, dos estómagos, un hígado, un intestino grueso y un sistema reproductivo. Abby controla la parte derecha del cuerpo, mientras que Brittany maneja la izquierda. Esta coordinación les ha permitido realizar actividades como conducir, jugar vóleibol y viajar desafiando toda expectativa.

Aunque comparten muchas similitudes, cada una tiene intereses y gustos distintos, lo que demuestra su individualidad. Por ejemplo, Abby se inclina más por las matemáticas y la ciencia, mientras que Brittany prefiere las artes. Además, poseen pasaportes separados pero suelen comprar un solo boleto de avión, ya que ocupan un solo asiento.

Mientras Abby se muestra como la más extrovertida, tomando a menudo la iniciativa en la selección de la vestimenta diaria, Brittany por su parte, adquiere un papel más contemplativo, disfrutando de momentos de calma y equilibrio. Sus diferencias, lejos de separarlas, han forjado un vínculo más profundo, mostrando que la individualidad no solo reside en el físico sino en el espíritu.

La decisión de los padres, Mike y Patty Hensel, de no separarlas, se ha mostrado no sólo como un acto de amor incondicional, sino también como la confirmación de que Abby y Brittany estaban destinadas a compartir no solo un cuerpo, sino una vida llena de logros.

Graduadas en Mayer Lutheran High School y luego en la Universidad Bethel con especializaciones en educación, las hermanas decidieron llevar una vida alejada de los reflectores después de su serie de TLC, Abby & Brittany. Inmersas en su vocación de enseñar, han logrado tocar las vidas de innumerables estudiantes en New Brighton, Minnesota, brindándoles una perspectiva única sobre el aprendizaje y la vida. Abby y Brittany no solo comparten un espacio en el aula sino que ofrecen, desde sus propias experiencias, un testimonio de trabajo en equipo y resiliencia.

¿Cómo navegan Abby y Brittany los desafíos cotidianos y los grandes momentos de la vida, como la reciente boda de Abby con Josh Bowling, en esta configuración única que les ha tocado vivir? Aunque no se comparten detalles íntimos, está claro que han construido una vida de adaptación mutua y aceptación, poesía viviente de lo que significa compartir de manera absoluta.

A lo largo de los años, Abby y Brittany Hensel han enfrentado cada mirada curiosa, cada invasión a su privacidad, con una dignidad y firmeza que pone en evidencia su fortaleza. Y aunque los flashes de las cámaras ya no las sigan con la misma intensidad, su historia sigue siendo una fuente de inspiración y un recordatorio del poder del espíritu humano frente a la adversidad.

En un mundo donde la independencia se valora por encima de todo, Abby y Brittany enseñan una lección invaluable sobre la interdependencia, el amor y la unidad.

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