¿De dónde surgieron los falsos rumores sobre más víctimas por el temporal?

“Les gens que vous tuez se portent assez bien” (Las personas que vos matáis tienen bastante buena salud), escribió Pierre Corneille en la obra de teatro Le Menteur, allá por 1644.
¿De dónde surgieron los falsos rumores sobre más víctimas por el temporal?

“Es imposible ocultar una muerte y menos en una situación como la del temporal”.

La aseveración, clara y tajante, fue dada a este medio por el licenciado Jorge Luis Moyano, director del Hospital Penna de nuestra ciudad, consultado sobre los rumores generados a las pocas horas de verificarse las devastadoras consecuencias del fenómeno climático ocurrido el pasado 16 de diciembre. 

“Hay más muertos y hay desaparecidos, pero no lo quieren decir”. Esa fue una de las varias hipótesis que rápidamente comenzaron a circular de boca en boca en cientos de vecinos que, acaso viendo el desolador panorama generado por los miles de árboles caídos, carteles volcados, chapas y paredones derrumbados, no aceptaban que sólo se reportaran los 13 fallecidos en el club Bahiense del Norte.

Ese fue, por lejos, el peor saldo de lo ocurrido, si se asume que los daños materiales se reducen a poco y nada frente a la pérdida de vidas. 

Pero el rumor se mantuvo, a veces hasta con detalles específicos, y de espaldas a una realidad que indicaba que no había más víctimas, salvo que existiera una mega confabulación entre autoridades municipales, directivos de hospitales, familiares de los fallecidos-desaparecidos y los medios de comunicación, todos dispuestos a ocultar semejante situación. Algo que nunca sucedió.

Un detalle no menor

PUBLICIDAD

La tarde noche del temporal, la morgue judicial estaba cerrada y en reparaciones, con lo cual los fallecidos ese día fueron trasladados a la morgue del Hospital Penna.

“Eso aporta claridad a lo sucedido: todas las víctimas del temporal llegaron a este hospital y aquí fueron alojadas. Hubo 13 fallecidos y tres heridos. No hubo más muertes que esas y según los datos que manejo en ningún otro hospital hubo decesos”, señaló el director del establecimiento. 

Acerca de un posible ocultamiento de datos tan delicados, Moyano hizo su lectura.

“Si eso fuera cierto, todos los hospitales mienten, los familiares de las personas accidentadas decidieron espontáneamente no llevarlos para que los atiendan o habiendo encontrado fallecidos aplastados por árboles o un paredón no  lo denunciaron ni realizaron los correspondientes certificados de defunción y por lo tanto tampoco pudieron velarlos. En definitiva, no tiene ningún sentido lo que se está planteando. No hay más fallecidos ni heridos que los informados”, agregó.

Por último aseguró que pensar en muertes no declaradas es un absurdo.

“Es imposible ocultar una muerte y menos en una situación como la del temporal. Pero además no tendría ningún sentido, ni en términos políticos ni sociales. No hay razón alguna para ocultar semejante información”.

Nada que agregar

El médico Gustavo Carestía, director del Hospital Municipal, mencionó que ese establecimiento atendió la cantidad de pacientes que se dio a conocer a través del Comité de Crisis formado en la ocasión.

“Acá no llegó ningún fallecido –no es habitual de todos modos que los traigan a este hospital— ni tampoco falleció ninguno de los heridos atendidos. Hubo pacientes en circunstancias graves, pero no falleció nadie. En ese sentido no hay mucho más para agregar”, detalló.

Destacó, además, la importancia de haber centrado toda la información a través del mencionado Comité.

“Es la manera de generar un mensaje único y sin posibilidad de error: todo el movimiento que hubo esa noche en los centros de salud es el que se informó”, finalizó.

Los velados

Otra fuente que aportó precisiones sobre el tema es la de las empresas fúnebres. Porque si hubo, como se llegó a mencionar en algunos círculos, “más de cien muertos”, es dado asumir que fueron registrados sus decesos, velados e inhumados sus restos. 

Jorge Bonacorsi, titular del Grupo Bonacorsi, mencionó que esos comentarios son parte “del morbo de la gente”, que genera ese tipo de información carente de todo sustento.

“No hay posibilidad alguna de que los datos que nosotros manejamos sean falsos. Porque los fallecidos en la ciudad pasan por Bonacorsi o por Ferrandi, las dos funerarias habilitadas. Pero además, en este caso, ambas empresas notificaron que se hacían cargo de manera gratuita de los velatorios, con lo cual, indefectiblemente, los fallecidos son los que registraron”.

Bonacorsi confirmó un registro de 14 personas fallecidas esa fecha (13 debido al temporal y la restante en otras circunstancias), de las cuales diez fueron atendidas sin cargo entre las dos empresas. 

Los motivos

¿Qué lleva entonces a las personas a generar estos rumores o creencias que no tienen base cierta? Son varios los puntos de vista que hay sobre esa conducta.

Desde el lado de la información, la sociedad ha tenido muchos casos de instituciones o funcionarios que han proporcionado datos falsos o parciales, lo cual ha hecho perder cierta credibilidad a esos canales.

“La falta de transparencia o la percepción de un sesgo político llevan a la población a cuestionar la autenticidad de la información oficial, ante lo cual puede volverse escéptica y desarrollar una actitud crítica. Con los medios de comunicación también cuestionados, se recurre a crear narrativas alternativas para interpretar lo que consideran más cercano a la realidad o tiene más coherencia con la percepción que genera el suceso”, señaló el periodista Miguel Wiñasky en su libro La noticia deseada.

En el caso de temporal se asumió que sus consecuencias fueron mucho menores de las que “pudieron haber ocurrido”, por la hora del fenómeno, por su duración, por los 15 mil árboles caídos, por los derrumbes de paredones y postes. De allí a “crear” una tragedia mayor, un paso. 

Dice Wiñasky: “vivimos bajo el imperio de la noticia que la opinión pública quiere creer. Su montaje no es un proceso gestado solo por los medios, sino también por las audiencias que la desean, que configuran teorías y supersticiones y se constituyen en una comunidad que, efectivamente, cree en aquello que por sí misma ha construido”.

Un impacto emocional

Hugo Kern es licenciado en Psicología y titular del departamento de Salud Mental y Adicciones del municipio. Desde ese lugar participó desde el minuto cero en atender distintas circunstancias relacionadas con el temporal, trabajando con el equipo de emergencias psicosociales. 

No lo sorprende que cierto sector de la sociedad necesite apoyarse en teorías muchas veces derivadas del impacto emocional y social que genera este tipo de situaciones.

“Las tragedias catastróficas producen un impacto en todos los órdenes y queda siempre un trasfondo de incredulidad, con lo cual se busca asignarle una explicación que muchas veces incluye teorías explicativas, a veces a partir de la desconfianza. Esto se refleja en asumir que está faltando información y que alguien la está ocultando”, indicó.

Mencionó lo ocurrido durante la pandemia del Covid 19, donde también se instalaron teorías con un tinte particular, una práctica que además se repite en la historia.

“Se inserta en una profunda desconfianza institucional relacionada no solo con la catástrofe sino también con una frustración de las expectativas con respecto a su vida cotidiana, lo cual aumenta esta tendencia a generar otras explicaciones. Desde lo psicosocial hay dos formas de explicarlo. Una es la estrategia de estar a la defensiva, de pensar que alguien nos está perjudicando y así se constituyen respuestas emocionales. La otra es más paralizante, con procesos de inhibición y depresión, de dejarse ganarse por la inacción. La desconfianza lleva a armar estos mitos urbanos que cuestionan la información oficial”.

Explicó por último que estos rumores se trasmiten a una velocidad increíble y con un gran sentido de realidad.

“Provoca un efecto en el que lo dice y en el que lo escucha y avanza de una manera que nadie duda de que esté pasando. También hay en juego elementos ideológicos que ayudan a que se vaya construyendo una teoría conspirativa”.

Final

Lo llamativo de los mitos o leyendas urbanas es que en gran medida resultan vanos los esfuerzos por revertirlos y se mantienen en el tiempo dando la espalda a cualquier prueba. 

No hay que olvidar, por ejemplo, el caso del músico Paul McCartney, integrante de Los Beatles, dado por muerto en 1969 y reemplazado por un doble, creencia que se mantiene hasta hoy, cuando con 80 años el músico sigue recorriendo el mundo con sus canciones.

“Let It Be”, diría Paul. 

Comentar esta nota
Más de Salud