Un impulso para Bullrich, una alarma para Massa y la misma carencia de Milei

La candidata de Juntos por el Cambio puede estar ante el inicio de un camino de triunfo en tres provincias. Perotti y el PJ se quedan sin gobierno y deben compartir bancas con Amalia Granata. Mal presagio para Massa. El libertario sigue sin consagrar ni a un intendente. - Por Walter Schmidt
Celebración. La candidata a presidente y su vice, Patricia Bullrich y Luis Petri, junto al gobernador y a la vicegobernador electos de Santa Fe, Maximiliano Pullaro y Gisela Scaglia.
Celebración. La candidata a presidente y su vice, Patricia Bullrich y Luis Petri, junto al gobernador y a la vicegobernador electos de Santa Fe, Maximiliano Pullaro y Gisela Scaglia.

El triunfo de Maximiliano Pullaro en Santa Fe es un claro impulso a la candidatura presidencial de Patricia Bullrich. Sobre todo porque arrasó con el peronismo santafesino y es una alerta roja para Sergio Massa. Además, teniendo como referencia lo ocurrido en las PASO provinciales, esta puede ser la primera de una seguidilla de victorias electorales de Juntos por el Cambio que podría continuar el domingo que viene en Chaco si logra destronar al kirchnerista Jorge Capitanich, para culminar en Mendoza el 24 de setiembre si ratifica su condición de local con el radical Alfredo Cornejo.

Al final de ese camino antes de la elección presidencial de octubre, si logra imponerse en los tres distritos, la coalición opositora se habrá alzado con la gobernación de nada menos que 8 provincias, quedando a un paso de la novena si reelige en la Ciudad de Buenos Aires. Y con final abierto en la Provincia.

La noche santafesina y la foto de celebración de Bullrich junto a Pullaro, bien puede ser considerada un segundo relanzamiento de la candidata. El primero, cuando presentó en sociedad a quien será su ministro de Economía si llega a la Rosada, Carlos Melconian.

Es la primera vez que un candidato presidencial opositor -Bullrich- llega a una elección presidencial con semejante número de gobernadores propios. Como contrapartida, es la primera vez que el peronismo manejará tan pocas provincias; apenas 5, aunque falta saber si serán 6 en caso de cristalizar el triunfo de las PASO en territorio bonaerense. Claramente la estructura dirigencial y la gestión está del lado de Juntos por el Cambio.¿Esta vez, finalmente, habrá ola amarilla o continuará el alerta por un posible tsunami?

La victoria de Pullaro trae un poco de tranquilidad a Juntos por el Cambio en medio de recurrentes discusiones internas por la estrategia para enfrentar a Javier Milei, y por el perfil que debe adoptar la exministra de seguridad, que pendula entre el centro y la derecha, sin saber aún dónde estacionarse. Sumado a los roces con Mauricio Macri, a quien Bullrich le reclama una posición activa contra el libertario.

Milei no logra sumar volumen a nivel de dirigentes -ni siquiera un intendente- a su propuesta con eje en la dolarización y la casta. Un símil del espacio libertario, el candidato a gobernador de Viva la Libertad, Edelvino Bodoira, apenas superó los 6 puntos.

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El cataclismo que sufrió el peronismo como consecuencia de la gestión de Omar Perotti a nivel provincial, y del tándem Alberto Fernández-Cristina Kirchner en lo nacional, no tiene demasiados antecedentes en un PJ que gobernó Santa Fe durante 20 años consecutivos desde el retorno de la democracia, con una alternancia del socialismo de 12 años, y justo cuando retoma el poder en 2019, apenas dura cuatro años. Un mal antecedente para las aspiraciones de Massa.

El golpe de este domingo era previsible hasta que sucedió. La oposición lo duplicó en votos en la categoría gobernador, y quedó totalmente relegado en la Cámara de Diputados provincial, destinado a repartirse menos de la mitad de las bancas con la fuerza de Amalia Granata. Aún así, resulta inverosímil que Perotti haya salido segundo como aspirante a refugiarse en la legislatura.

"Vamos a dejar una institución policial mucho mejor de la que encontramos", aseguraba días atrás el gobernador, como una manera de mostrar lo mejor de su administración. Omitió decir que deja también 170 personas asesinadas por la creciente violencia narco en Rosario y que debió nombrar a cuatro ministros de Seguridad, a razón de uno por año, por la ineficiencia para luchar contra el narcotráfico.

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