Ciertos datos nos ayudarán a llegar al nombre de esta primer elegida. Su vida fue muy corta, pero tan intensa y superlativa que traspasa todo tiempo y espacio. Su instrucción, nula. Esta mujer no sabía leer ni escribir, sin embargo esto no le impidió desentrañar y ejecutar la misión que tenía encomendada. Vivió entre soldados, liderando un ejército. Los testimonios la refieren como una mujer decidida con una gran fortaleza para motivar y convencer hasta los más incrédulos.
Murió a los 19 años, en la hoguera. Estos son solo algunos datos que reflejan la vida de una mujer de la cual nos separan 611 años. Sí, así es. El nombre de esta joven es Juana, Santa Juana de Arco. La vida y la muerte de Juana es por demás atractiva e inspiradora para cualquier persona, pero más aun para las mujeres que pueden encontrar en ella una joven revolucionaria que no
perdió su especificidad femenina en la ejecución de sus proyectos.
Y este dato no es menor, tantos años después es necesario recordar constantemente esta premisa que encarna la corta vida de Juana. Convicción, coraje, dulzura y bondad. La lucha por la justica no hace que Juana pierda sus características específicas que justamente marcaron la diferencia y el triunfo.
Es preciso y hasta necesario en estos tiempos recordar figuras como la de esta joven mujer, porque evoca un liderazgo distinto, místico, político y social que enamora. Y del cual muchas mujeres estamos identificadas y movidas. Ojala que estas líneas sean invitación para ahondar sobre esta gran vida que nos brinda un ejemplo vivo de mujer que inspira.
