Podría esquematizarse de manera un tanto categórica de la siguiente forma: hay personas que “llegan bien”, otras “más o menos” y otras que enferman con distintos tipos de afecciones. A la hora de pensar en la vejez, el interrogante pareciera ser ¿Cuáles son las claves para un envejecimiento “exitoso” u óptimo?
Esa pregunta fue la que precisamente se propuso responder un nuevo estudio de la Universidad de Toronto que hace foco en los factores relacionados con el bienestar a medida que envejecemos. Para lograrlo, los investigadores siguieron la trayectoria de más de 7000 canadienses de mediana edad y mayores, durante aproximadamente tres años, con un enfoque “basado en la fortaleza en lugar de en el déficit”.
Así, mantenerse activos mediante el ejercicio, buena alimentación, un descanso óptimo, acompañamiento emocional, absteniéndose de fumar y teniendo un buen pasar económico asoman como los principales factores que hacen a un buen envejecer.
Un extracto que lo resume: el trabajo da cuenta de que las mujeres, casadas, físicamente activas y no obesas y las que nunca habían fumado, tenían mayores ingresos y no padecían insomnio, enfermedades cardíacas o artritis; tenían más probabilidades de mantener una salud excelente durante el período de estudio y eran menos propensas a desarrollar problemas cognitivos, físicos o emocionales incapacitantes.
El estudio
Para poder llevar a cabo el estudio, los investigadores seleccionaron participantes que ya gozaban de excelente salud al comienzo del período de estudio, que tuvo una duración de aproximadamente tres años. Este universo de personas representaba el 45% del total de los encuestados.
“Una buena salud” implicó la ausencia de problemas de memoria o dolor incapacitante crónico, de enfermedades mentales graves y de discapacidades físicas que limiten las actividades diarias; así como la presencia de apoyo social adecuado y altos niveles de felicidad y satisfacción con la vida.
"Nos sorprendió y nos encantó saber que más del 70 % de nuestra muestra mantuvo su excelente estado de salud durante el período de estudio", asegura Mabel Ho, primera autora del estudio.
Y profundiza respecto de qué significa hacer foco en lo positivo en lugar de en lo negativo: “Nuestros hallazgos subrayan la importancia de un enfoque basado en la fortaleza en lugar de un enfoque basado en el déficit en el envejecimiento y los adultos mayores. Los medios y la investigación tienden a ignorar lo positivo y solo se enfocan en los problemas”, analiza.
Además, agrega: “Al comprender los factores asociados con el envejecimiento exitoso, podemos trabajar con adultos mayores, familias, médicos, legisladores e investigadores para crear un entorno que apoye una vida posterior vibrante y saludable”.
La edad y el peso, variables importantes
Los investigadores afirman haber hallado “una variación considerable en la prevalencia del envejecimiento exitoso según la edad de los encuestados” al comienzo del estudio. Tres cuartas partes de los que tenían entre 55 y 64 años al comienzo del período de estudio mantuvieron una salud excelente durante todo el estudio. Entre los mayores de 80 años, aproximadamente la mitad se mantuvo en excelente estado de salud.
“Es notable que la mitad de las personas mayores de 80 años mantuviera esta barra extremadamente alta de bienestar cognitivo, físico y emocional durante los tres años del estudio. Esta es una noticia maravillosa para los adultos mayores y sus familias, quienes pueden anticipar que el declive precipitado es inevitable para las personas mayores de 80 años” asegura Ho.
En tanto, la presencia o ausencia de obesidad es otro factor que marca el pulso: los adultos mayores que eran obesos tenían menos probabilidades de mantener una buena salud en la edad adulta. En comparación con ellos, quienes tenían un peso considerado “normal” tenían un 24 % más de probabilidades de envejecer de manera óptima.
"Nuestros hallazgos están en consonancia con otros estudios que han encontrado que la obesidad estaba relacionada con una variedad de síntomas físicos y problemas cognitivos y que la actividad física también desempeña un papel clave en el envejecimiento óptimo", afirma David Burnes, coautor del estudio.
“Estos hallazgos resaltan la importancia de mantener un peso adecuado y llevar un estilo de vida activo a lo largo de la vida”.
El factor económico
Como se prevee, los ingresos también fueron una variable por demás importante. De hecho, solamente alrededor de la mitad de los que están por debajo del umbral de la pobreza envejecen de manera óptima en comparación con las tres cuartas partes de los que viven por encima del umbral de la pobreza.
“Aunque nuestro estudio no brinda información sobre por qué los bajos ingresos son importantes, es posible que los ingresos inadecuados provoquen estrés y también restrinjan las opciones saludables, como una nutrición óptima. Se necesita investigación futura para explorar más a fondo esta relación”, plantea Esme Fuller-Thomson, autora principal y directora del Instituto para el Curso de la Vida y el Envejecimiento y profesora de la Facultad de Trabajo Social Factor-Inwentash de la Universidad de Toronto.
Dejar de fumar, en cualquier momento de la vida
Otra cuestión que se sabe y que el estudio confirma: los hábitos saludables están asociados con una salud óptima en la vejez. En este sentido, los adultos mayores que nunca fumaron tenían un 46% más de probabilidades de mantener un excelente estado de salud en comparación con los fumadores actuales.
Asimismo, estudios previos mostraron que dejar de fumar en la vejez podría mejorar las estadísticas de supervivencia, la función pulmonar y la calidad de vida; reducir las tasas de eventos coronarios y reducir los síntomas respiratorios.
Un dato a destacar: el estudio encontró que a los ex fumadores les fue tan bien como a los que nunca habían fumado, lo que subraya que nunca es demasiado tarde para dejar de fumar.
Mantenerse activos y un buen descanso
El estudio también destaca que participar de actividades que involucren el cuerpo e impliquen actividad física es sumamente importante para mantener una buena salud en la edad adulta: los adultos mayores que realizaban actividad física de moderada a extenuante tenían entre un 35 % y un 45 % más de probabilidades de envejecer bien, respectivamente.
Los hallazgos también indicaron que los encuestados que nunca o rara vez experimentaron problemas para dormir al inicio del estudio tenían un 29 % más de probabilidades de mantener una salud excelente durante todo el estudio.
“Claramente, dormir bien es un factor importante a medida que envejecemos. Los problemas del sueño socavan la salud cognitiva, mental y física. Existe una fuerte evidencia de que una intervención llamada terapia cognitivo-conductual para el insomnio (CBT-I) es muy útil para las personas que viven con insomnio”, señala Fuller-Thomson.