En su último acto en La Plata, Cristina Kirchner puso el foco sobre la creciente inseguridad en la provincia de Buenos Aires y cuestionó que no se haya enviado a la Gendarmería para dar respuesta a la problemática. Su incursión en territorio al que el kirchnerismo suele ser esquivo fue un guiño a los intendentes bonaerenses que vienen presionando para la salida de Sergio Berni del Ministerio de Seguridad.
La idea cobró fuerza cuando, al finalizar el acto, la Vicepresidenta los recibió en la residencia del gobernador Axel Kicillof y volvió a insistir sobre la necesidad de avanzar en un cambio de rumbo en la política de Seguridad en la Provincia.
Envalentonados, los jefes comunales peronistas presentes en la cena volvieron sobre el viejo reclamo para el cambio de Berni por un hombre de su confianza.
Si bien el operativo está en marcha, como saben que la política es tan dinámica en la Argentina que todo puede cambiar de un momento para otro, presionan para que las órdenes bajen rápido desde el Senado a la Gobernación, antes de que quede en la nada.
Sergio Berni y un tenso vínculo con los intendentes
Cuando Kicillof anunció la conformación de su equipo, no sorprendió que Berni fuera el elegido para ocupar el Ministerio de Seguridad por su cercanía con Cristina Kirchner, aunque sí hizo ruido su política de “mano dura” frente al “garantismo” que predica el gobernador.
Los jefes comunales rechazaron su nombramiento desde el minuto cero y el descontento fue creciendo a medida que la inseguridad se agravó en sus territorios. Hasta ahora, Berni estuvo amparado bajo el paraguas de la Vicepresidenta y así resistió el embate de distintos lados, pero pareciera que la protección se terminó.
“Una cosa es que los intendentes se quejen y quieran alejarlo y otra que Cristina haya puesto el foco en el área”, se escucha entre los jefes comunales. También reconocen que desde hace un tiempo el ministro se maneja como un líbero de la política y amenaza con pegar el portazo del Frente de Todos para saltar a una candidatura presidencial.
Berni no oculta sus intenciones y siempre que tiene la oportunidad hace referencia a que se viene preparando desde hace años para ocupar ese cargo. Sin embargo, que la expresidenta lo avale no es lo mismo, advierten desde el Frente de Todos.
El guiño de Cristina Kirchner que los intendentes esperaban
Si hay aguas en las que el kirchnerismo no supo navegar en los 12 años de gobierno fueron las de la seguridad. Conceptos fallidos como “sensación de inseguridad”, delitos crecientes y la ineficacia para manejar el complejo entramado de la Policía Bonaerense dejaron al descubierto la falta de respuestas a una problemática de la que, más de una vez, le pasó facturas la clase media.
Por el contrario, fue una bandera que levantó Sergio Massa durante su gestión como intendente de Tigre, en donde reforzó las políticas de seguridad con, hasta ese entonces, novedosos sistemas de monitoreos, que contaban con gran cantidad de cámaras en las calles.
A meses de las elecciones de 2023, el kirchnerismo empieza a definir la estrategia electoral en la Provincia y las alianzas de Cristina Kirchner se refuerzan. Una clave es con Massa, en donde Máximo Kirchner juega un rol fundamental, y otra, con los intendentes peronistas bonaerenses y Berni podría convertirse en moneda de cambio.
Seguridad, el área que todos esquivan
Nombres en danza para el posible reemplazo de Berni, hay pocos. Todos los intendentes quieren a un hombre de su confianza, pero ninguno levanta la mano y se postula.
Hasta ahora, la idea que circula es la de volver a unificar las áreas de Justicia y Seguridad, y el elegido para encabezarlas podría ser Julio Alak, un exintendente que conoce el conurbano, que viene encarando un cambio en la política carcelaria provincial, pero que tiene la desventaja de contar con escasa llegada a cúpula de La Bonaerense.
Alak es un platense con experiencia, que se maneja holgado en el ámbito judicial y que vivió la época de la “maldita policía”, pero, hasta el momento, no confirmó si está dispuesto a asumir un nuevo desafío.
Otros nombres podrían ser jefes comunales que hoy están en uso de licencia porque ocupan cargos nacionales o provinciales, pero ninguno quiere agarrar la papa caliente en la que se convirtió la inseguridad en el conurbano.
“Los intendentes saben de gestión; saben definir los problemas y golpear las puertas correspondientes para solucionarlos; son los que conocen a los vecinos, pero no son expertos en Seguridad”, se apura a decir un hombre cercano a un intendente de la tercera sección electoral. Sin embargo, si la orden baja de Cristina Kirchner, ninguno se va a negar.
A ese saber qué puertas hay que golpear responden las cada vez más frecuentes reuniones que vienen teniendo con el presidente Alberto Fernández, con Sergio Massa y con Axel Kicillof, a quienes, por un lado, presionan por la salida de Berni y, por el otro, reclaman más recursos para la Seguridad de sus distritos.