Como tiene acostumbrados a sus fieles seguidores, Migue Granados siempre apela a la sensatez para hablar de ciertos temas, sobre todo cuando requieren una cuota de seriedad. En una entrevista televisiva, el humorista brindó algunos detalles de lo que le sucede con sus adicciones, a sus 35 años.
En una charla con el programa “Seres Libres”, Migue Granados se refirió a la “adicción a la comida” y confesó que “no da culpa”: “Es como que no, ahí no está la culpa”, se sinceró. “Yo soy gordo de alma y corazón. Milito la comida. No es un nutriente para mí, soy fan”, admitió el humorista.
Luego, Migue Granados recordó cómo lo transitó durante los meses de cuarentena por COVID-19: “En la época de pandemia, era jugar a la Play hasta las 5 de la mañana y era un merquero de palitos. Un Jim Morrison de palitos”, bromeó.
Tras estas primeras consideraciones, el también conductor profundizó: “Ser gordo me funciona, por quién soy y de lo que laburo”, sostuvo Migue Granados. En esta misma línea, siguió: “Porque hay una realidad, a mí me llaman para hacer cosas de marcas que la opción era Darío Barassi o yo. ¿Con quién vas a hacer una publicidad de Nutella? ‘Barassi era muy caro, Migue, ¿lo querés hacer?’ El chistoso gordo no es lo mismo que chistoso flaco”, sentenció el humorista.
Pero con respecto a las adicciones, Migue Granados confesó que lo que más lo incomoda es el cigarrillo: “Lo padezco 100%. Me da asco. Las veces que dejé el pucho, me sentía muy pulcro. Sí, del pucho soy esclavo: creo que soy el dueño, pero no, soy esclavo total”, admitió.
En ese sentido, el humorista expresó: “Es como una compañía, pero a la vez ch*. No me imagino muchas cosas sin el pucho, no puedo c* sin el pucho”, reconoció. “Ya lo estoy viendo oscuro”, añadió Migue