El juez que estudia la causa del avión retenido en Ezeiza con tripulantes iraníes y venezolanos recibió un dossier de la Agencia Federal de Investigaciones (FBI) de los Estados Unidos que señala vínculos del piloto, Gholamreza Ghasemi, con la Fuerza Quds de Irán y la organización política y militar musulmana del Líbano conocida como Hezbollah.
Lo más llamativo es que tanto la Guardia Revolucionaria Iraní y el Hezbollah fueron acusados por el atentado contra la AMIA en 1994. Hoy se apunta al piloto y dueño de la empresa aérea de tener vínculos y participación directa en distintas actividades terroristas, lo que complica su situación judicial en la Argentina, según datos de Télam.
La aeronave supuestamente traía autopartes para la empresa Volkswagen en Argentina. Lo cierto es que el avión durante el trayecto por el cielo argentino apagó el transponder (GPS que hace que sea detectado por otros) y, además, disponía de una cantidad de tripulantes que, según la visión de los especialistas en aviación, era totalmente sobredimensionada.
El piloto es CEO y miembro del consejo de administración, Qeshm Fars Air, una empresa aérea embargada por Estados Unidos en 2019. Los norteamericanos detectaron que esta compañía tenía una participación directa en la actividad terrorista del Al Quds, al igual que la aerolínea Mahan Air, que es propietaria del avión retenido en Ezeiza.
Según el FBI, el avión de carga se ha utilizado para contrabandear armas y equipos sensibles de Irán a Siria. Además, la empresa Qeshm Fars Air del piloto varado en Ezeiza opera vuelos permanentemente entre Irán y Siria. De hecho, esto justifica que la aeronave haya sido rechazada del aeropuerto de Uruguay. Además, las empresas Axion, YPF y Shell se negaron a darle combustible al avión en Ezeiza por miedo a recibir sanciones económicas por parte de los Estados Unidos.