Nicolás Gerk es un pescador bahiense que hoy tiene una increíble anécdota para contar.
Durante la noche del miércoles, mientras buscaba un poco de agua para tirar la caña, se tuvo que enfrentar con un puma en medio de la oscuridad. Y logró zafar.
“Todavía tengo unos rayones, pero estoy cicatrizando bien. Hace años que voy, yo soy el capataz de la delegación de Harding Green. Siempre voy a los 7 puentes, donde arranca el Sauce que viene de Paso de las Piedras. Esto fue el miércoles a la noche. Iba buscando el lugar, había mucho yuyo y sabía que había pumas ahí. Pero nunca pensé eso, la otra vez me enfrenté con un carpincho que me salió de golpe y con la linterna lo alumbré y se fue”, recordó Nicolás en La Brújula 24.
Y agregó: “Iba caminando, arrimándome al arroyo, cuando me tiró el manotazo y me alcanzó a agarrar panza, brazo y pierna derecha. Se veían como ojos que brillaban, y seguro tenía cachorros. Me tiré para atrás sino me agarraba también la cara”.
“Después se alejó solo, menos mal. Se ve que la intención era defenderse, mostrarme que estaba con sus cachorros. El puma si andás con perros, por ejemplo, no te ataca”.
“Yo miedo no tengo, estoy acostumbrado, le tiré un cuchillazo que es lo único que tenía para defenderme”, sintetizó el pescador que, desde el miércoles, tiene una increíble historia para contar.
