La pandemia que cambió al mundo: hace 3 años se registraba el primer contagio de COVID-19 en un ser humano

El “paciente 1? era un hombre de 55 años de la ciudad china de Wuhan. La pandemia provocó 6,5 millones de muertes en el planeta.
La pandemia que cambió al mundo: hace 3 años se registraba el primer contagio de COVID-19 en un ser humano

Diciembre de 2019 transcurría en la Argentina con los ojos puestos en la sucesión de Alberto Fernández en lugar de Mauricio Macri y en el frío saludo de Cristina Kirchner al flamante expresidente, mientras el mundo se preparaba para recibir al 2020 con ilusión y expectativa renovada. Sin embargo, en China comenzaba a gestarse un drama que cambió al mundo en tres meses: un brote de neumonía mortal y desconocida, que rápidamente fue llamado Covid-19.

Comenzó a conocerse en diciembre pero, en realidad, el primer contagio de Covid-19 en un ser humano se había registrado eel 17 de noviembre de ese mismo año en la ciudad china de Wuhan. Los reportes desde el exterior fueron creciendo a medida que se multiplicaron los casos y para fin de enero la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya lo consideraba como una emergencia sanitaria internacional. Aunque por poco tiempo, ya que el 11 de marzo de 2020 se declaró la pandemia.

 

La pandemia que cambió al mundo: millones de muertos y una parálisis colectiva e individual

 

El Covid-19 es un tipo de coronavirus muy agresivo que ataca las vías respiratorias y que fue llamado formalmente SARS-CoV-2 (Síndrome Respiratorio Agudo Severo – Coronavirus tipo 2). Su saldo fue catastrófico: más de seis millones y medio de muertes y 630 millones de contagios hasta el momento en todo el planeta. Pero, también, muchos cambios sociales por una pandemia que trajo encierros, debates y angustias en todo el mundo.

La confirmación de que el primer contagio de produjo el 17 de noviembre llegó tiempo después, tras varios estudios de autoridades chinas y mundiales. Estos informes determinaron, analizando la sintomatología del primer grupo detectado con Covid-19, que teniendo en cuenta el período de incubación que cursaba el virus de 15 días, el “paciente 1″ se había contagiado en esa fecha: un hombre de 55 años de la provincia de Hubei, cuya capital es Wuhan.

En realidad, los científicos identificaron el primer caso de contagio entre humanos pero no alcanzaron saber quién es el “paciente 0″, o sea el que disparó la propagación del virus entreio las personas. Sí la OMS descartó una de las primeras hipótesis que tenía que ver con el mercado de animales de Huanan, en Wuhan.

Si bien ahí, en diciembre de 2019, fue el primer brote, no tiene que ver con la ingesta de los alimentos comprados en ese lugar, porque el virus ya circulaba fuera del mercado desde noviembre. De todos modos, para la OMS, en una investigación publicada en marzo de 2021, la zoonosis como origen de la pandemia es la hipótesis más fuerte, causada por murciélagos a través de otro animal -aún desconocido- que fue el nexo de transmisión a los humanos.

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La pandemia que cambió al mundo: alcohol en gel, tapabocas, encierros y vacunas

 

En el invierno 2019-2020 en el hemisferio norte, el SARS-CoV-2 comenzó a atacar fuerte a Europa, especialmente a la población adulta y muchos de los primeros muertos fueron ancianos que no resistieron las inesperadas complicaciones derivadas por la neumonías bilaterales y violentas que los afectaban.

   Las vacunas comenzaron a producirse al año de descubierto el virus.
Los gobiernos comenzaron con los confinamientos, al mejor estilo medieval, como la solución más eficaz y urgente para achicar la multiplicación de los casos: cuando menos gente en la calle, menos chance de contagios. Esto ocurrió porque en un primer momento se creyó que el contagio era de “humano a humano”, pero luego se supo que el virus estaba en el aire y algo peor: muchos infectados podían ser asintomáticos, por lo que no eran conscientes de que estaban enfermos y contagiaban.

El mundo puso en relieve medidas básicas de higiene, en especial en las manos. Se impusieron el alcohol en gel y el tapabocas como dos elementos que no podían faltar en las carteras, mochilas o en cualquier bolsillo, mientras subía la tensión política. Estados Unidos y China se acusaban de ser los responsables de la pandemia y el Covid-19 pasaba a ser un botín político.

La vida mutó a virtual. Crecieron las reuniones a través de plataformas digitales, se anularon las oficinas con presencia masiva de personas y creció el “homeoffice”. En tanto, la recesión económica global fue inevitable y se considera que en Europa fue la más grande desde la Segunda Guerra Mundial, en especial a las naciones que dependen principalmente del turismo y las exportaciones: con los puertos cerrados por los confinamientos, todo se paralizó.

También comenzaron a aparecer los daños psicológicos producto de los encierros y la falta de contacto personal entre familias y amigos, en especial cuando estaban involucrados los sectores de riesgo (ancianos y personas con patologías como diabetes, hipertensión, obesidad, enfermedades respiratorias o cardíacas, entre otras).

 

Pandemia, vacunas y otra disputa

 

En tiempo récord, comenzaron a lanzarse una serie de vacunas que incluyeron más de una dosis y que levantaron disputas de acuerdo a los países de origen de esas vacunas. Poco tiempo después, superada la controversia de quién la había fabricado, la polémica se situó en la necesidad o no de vacunarse, generándose un conflicto transversal a todas las sociedades del mundo sobre los “provacunas” y los “antivacunas”.

Mientras, a tres años del primer contagio en un ser humano, el virus parece controlado aunque aún la pandemia sigue y los cuidado en general, si bien son más laxos, continúan, tanto como los temores de un nuevo brote y los cambios de hábitos sociales que, muchos, llegaron para quedarse.

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