Día internacional de las Bibliotecas: recordamos las palabras de Luisa Braganza

Fue aquel día en que la Biblioteca Popular Infantil de Coronel Suárez cumplía 15 años
Día internacional de las Bibliotecas: recordamos las palabras de Luisa Braganza

“Maravilloso el asfalto sino olvidamos el desarrollo del cerebro y el corazón de los niños”, dijo Luisa Braganza en los 15 años de la Biblioteca Popular Infantil, en donde dejó magníficas palabras y que genera, aún hoy, una deuda terrible como sociedad.

En el final del discurso, Luisa Braganza dijo: “pero..., habrá que preguntar una vez más ¿qué esperamos para ofrecerle la lectura a todos los niños?, ¿qué esperamos para hacer una realidad esa aspiración de tener la Ciudad de los Niños Lectores? ¿Qué esperamos para comprarle zapatos nuevos a esta señorita de 15 años que aún usa los que le pusieron al nacer y no le permiten crecer a sus pies? ¿qué esperamos para que la aventura de unos pocos sea la decisión de todo un pueblo” y reflexionó luego que “es un pueblo que vive en una hermosa ciudad como la que tenemos, tratando de crecer, de desarrollarse, llena de calles asfaltadas”, subrayando: “oh, maravilloso el asfalto para el desplazamiento de los pies y los vehículos, pero siempre que no nos olvidemos de facilitar también el desarrollo y el desplazamiento del cerebro y el corazón de los niños mediante la promoción de la lectura que los convertirá en esos ciudadanos que soñamos y necesitamos”.

Fue muy clara al apuntar que “este es un derecho de la infancia y una obligación moral y jurídica de los Estados”, aclarando que “además esta inversión trae beneficios económicos ya que es una herramienta excluyente para el desarrollo de los pueblos pues ninguna otra política tiene posibilidades de aumentar la productividad económica”.

Prosiguió diciendo Luisa Braganza que “no son sólo los discursos, ni los cargos, ni los ladrillos. El lauro de haberse preocupado por la cultura del ser humano, eso sí, coronará la cabeza de quienes lo hagan y hará que vivan para siempre en la memoria de su comunidad” y razonó con justeza que “el tema de la lectura se ha convertido en una llaga sobre la omnipotencia de la sociedad contemporánea”, reclamando que “no es malo removerla para limpiarla y tratar de curarla”, reconociendo que “quizás sea esa también una labor de las bibliotecas para niños a la par de las escuelas”.

“El horizonte es ancho y la tierra fértil”, señaló ya finalizando sus palabras, asegurando que “frente al futuro que estamos construyendo desde hace 15 años vale la pena renovar el desafío de nuestro lema: `la ciudad de los niños lectores’.

Y se esperanzó al imaginar: “¿quién les dice que después no vayamos por otro lema: `Buenos Aires, provincia lectora’? Y si además estiramos el horizonte y nos vamos por `Argentina, país lector’, para decir con vehemencia que “ahí sí que nos salvamos y podremos gritar como locos: ¡Argentina! ¡Ar gen ti na!”.

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