Elecciones 2023: Juntos por el Cambio busca sumar a José Luis Espert y la CGT arma su propio partido

El economista liberal podría explorar un acuerdo con Juntos por el Cambio para evitar la reelección de Axel Kicillof. Horacio Rodríguez Larreta y el desafío (¿imposible?) de ablandar su imagen. por Pablo Winokur
  •  Espert ya no descarta un acuerdo con Juntos por el Cambio. Ve una  Espert ya no descarta un acuerdo con Juntos por el Cambio. Ve una
  • Macri, durante su recorrida por San Nicolás, junto a Cristian Ritondo y otros dirigentes. Macri, durante su recorrida por San Nicolás, junto a Cristian Ritondo y otros dirigentes.

Los primeros días de noviembre, el diputado liberal José Luis Espert se va a lanzar como candidato a gobernador de Buenos Aires. Está estudiando desde hace meses los problemas de la Provincia, se reúne con especialistas, exministros y funcionarios. Se lo ve compenetrado. “Siempre quiere ser el mejor alumno”, dicen los que lo conocen.

Su candidatura puede ser la llave para el peronismo y la oposición para ganar o perder el distrito que concentra el 40% de la población del país. Los liberales hoy miden unos 15 puntos en promedio; la Provincia se gana por un voto y no hay balotaje. Por eso en Juntos por el Cambio quieren intentar seducir a Espert para que se sume a la coalición y evitar una fuga de votos que podría beneficiar a Axel Kicillof. Por ahora Espert escucha ofertas.


El lanzamiento de Espert va a ser de la mano de la presentación de un programa con medidas duras y antipáticas. Cree que desde la Provincia se pueden solucionar muchas cosas. De esto habla mucho con Macri. Ya no ve imposible un acercamiento.

“El libro de Macri es como lo que Espert escribía hace años, Patricia Bullrich es más liberal que Adam Smith y Larreta cada vez se acerca más. Logramos que salieran del closet”, se entusiasman en el entorno del liberal.

Aunque en ese espacio político creen que lo ideal sería ir por su cuenta, saben que necesitan un candidato presidencial para poder crecer. Los caminos con Milei cada vez se cierran más: Espert comparte muchas de sus ideas económicas (no todas) pero no la “agenda moral y social”. “Espert no estaría con Vox. No es de derecha, sino liberal”, dicen en su entorno.

Si Milei quisiera, estarían dispuestos a avanzar en algún acuerdo. Por ahora no hay mucha onda: aunque en algún momento caminaron juntos, en 2021 no pudieron hacer campaña en común y no hubo posibilidad de armar un bloque en Diputados. Se detestan.

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Los coqueteos con Juntos por el Cambio son más evidentes. Fundamentalmente con los candidatos del PRO. Espert no lo descarta. Cree que hubo una “evolución ideológica” que haría posible ese acuerdo.

En Juntos por el Cambio hay sectores que lo resisten. Los halcones saben que por cómo viene la mano les compite a ellos y lo beneficia a Diego Santilli, candidato de Larreta. Los radicales y la Coalición Cívica -más progresistas- no quieren saber nada de nada. Pero todos coinciden en que hay que ganar y que cualquier candidato que divida el voto opositor es funcional a la reelección de Axel Kicillof. “Sería una responsabilidad muy grande”, reconocen cerca de Espert.

Necesidades compartidas


La semana pasada contábamos que aparecieron por primera vez encuestas que lo dan ganador de una interna en Provincia a Cristian Ritondo (siempre acompañado de Patricia Bullrich o Macri como candidatos a presidente). En esa encuesta, Espert (en boleta con Milei Presidente) llega al 19,2% en la Provincia.

Esta semana se publicó otro sondeo de Management & Fit que mide a Espert adentro de JxC. Pregunta a la población general de la Provincia a quién preferirían como gobernador si el elegido fuera de JxC:

Santilli: 34,6%
Espert: 13,3%
Ritondo: 6,8%
Iguacel: 5,2%


Es una pregunta un poco tramposa, pero muestra que Espert tiene buena aceptación entre un sector.

Tanto desde el larretismo como desde el entorno de Patricia Bullrich confirmaron los acercamientos al liberal. Todos creen que tarde o temprano confluirán en el mismo espacio, probablemente participando de una interna. Se necesitan mutuamente.

El "robot Horacio"


“Horacio se rodeó de enanos pelotudos que a todo le dicen que sí”. La frase resume a la perfección cierto fastidio de Macri con Horacio Rodríguez Larreta. “Yo me cansé de que mis ministros me discutan. No se puede gobernar con gente que a todo te dice que sí. Es un buen gestor, pero no sabe formar equipos”, planteó Macri. Lo dijo en una charla política que tuvo en las últimas semanas con un dirigente del PRO.

Las críticas de Macri a “Horacio” ya no son solamente de fondo. También son de forma. Compara lo que fueron sus 8 años de gestión en la Ciudad y todos los dirigentes que él sacó de la galera: el propio Larreta, Vidal, Michetti, Peña, Esteban Bullrich, Diego Santilli, Néstor Grindetti, Guillermo Montenegro… Todos integraron su gabinete. ¿Por qué Horacio no pudo construir figuras con volumen político?

Macri sigue siendo un rockstar entre su público. El viernes estuvo en San Nicolás, interior profundo de la provincia de Buenos Aires. La gente le pedía que volviera. Macri se entusiasmó. Se emocionó cuando le regalaron una camiseta de Boca. Algunos de los que lo acompañaron en la recorrida lo vieron envalentonado y con ganas de ser él mismo.

“Nadie que no quiera ser candidato, hace todo lo que él está haciendo”, analiza un hombre que supo asesorarlo y hoy se mantiene al margen. ¿Por qué un expresidente que tiene todo a su disposición iría a sentarse a un incómodo estudio de TV?

Macri logra generar emociones. También Patricia Bullrich. “Horacio es un excelente gestor, pero un robot. Él piensa todo desde ese lugar y no le creés ninguna emoción que transmita. Entonces eso le complica con la gente”, opina un consultor que supo trabajar en sus equipos.

“Horacio” convence a través de la práctica política y de los intercambios: contratos, puestos en el Gobierno, oficinas… pero nunca termina de conmover. Puede ser candidato si es elegido por la política. Sigue siendo uno de los dos dirigentes con mejor imagen del país (de manera sostenida durante dos años), pero la tendencia va a la baja. Y la tendencia es muy importante a la hora de analizar la opinión pública.

La idea de “robot” está presente en todos los que asesoran directa o indirectamente a Horacio Rodríguez Larreta. Lo detectan las encuestas y focus group. No es casual que en estos días haya hecho trascender su nuevo enamoramiento. Un candidato tiene que tener una pareja que lo haga ver más humano.

Larreta tiene otro problema: apostó al camino del medio en un contexto en que nadie quiere el centro. Más que un camino es un desfiladero del medio.

La elección del WhatsApp


Las elecciones 2023 plantean un desafío mayor. Nadie va a escuchar propuestas, ni ideas. Es la campaña de la era de WhatsApp, Instagram y TikTok en su máxima expresión. La consigna es scrollear, y seguir para adelante. Hoy no hay ningún dirigente político que hable ese código. Quizás Milei, pero tiene otros problemas que probablemente le impidan ser.

El peronismo no logró nunca readaptar su discurso ni su forma de hacer política. En 2019, cuando ganó, fue gracias a la unidad y a que Macri entregó una gestión con indicadores muy negativos.

En el PRO tienen el desafío de encontrar una nueva esencia electoral. Lo que analizan desde los distintos laboratorios electorales es que nadie interpela a los votantes como antes lo hacía “Mauricio”. Cuando Macri encontró en 2005 el “salto al bache” fue porque atrás había estudios técnicos que validaban esas acciones.

Hoy esos análisis no están, no hay nadie que los organice ni quien los interprete. En el PRO ya son del establishment, no pueden ser la nueva política. “Todos crecimos. Ya no tenemos la cabeza abierta para nuevas ideas”, analiza alguien que estuvo en la cocina de aquellas decisiones. Hoy “Mauricio” es “Macri” y escribe libros con propuestas que espantarían a cualquier votante.

Si Jaime Durán Barba estuviera analizando de manera más sistemática a los candidatos, les recomendaría dejar de hacer todo lo que hace la clase dirigente. Ir menos a los estudios de TV y contratar maquilladoras influencers para aprender los nuevos lenguajes de las redes. Nadie lo está haciendo.

La gente rechaza la política tradicional. La gran pregunta es si alguien podrá capturar ese rechazo para convertirlo en votos.

Mientras tanto, el peronismo


Hablando de política tradicional, el peronismo va a ir dividido a los homenajes por el Día de la Lealtad. La CGT organiza su acto en el estadio “Obras Sanitarias”. Presta su sede José Luis Lingeri, jefe del gremio de aguas.

Más allá de homenajear al General, van a presentar una “Mesa Nacional Sindical Peronista”, que va a ser el primer paso para crear un partido político propio que le dispute poder al kirchnerismo. “Debemos reeditar lo que hizo el General Perón en el año 46, cuando ingresaron en el Congreso diputados y senadores que habían sido dirigentes sindicales”, explica uno de los armadores del espacio. Ese año hubo un 11% de “obreros” en Diputados. Cinco años más tarde, en 1951, les dio a todas las delegaciones de la CGT la posibilidad para que elijan candidatos para cargos públicos. Los sindicalistas quieren recuperar ese espacio perdido.

Es parte del fastidio de un sector que se cansó de ver peleas internas ajenas como un testigo bobo de la historia. En la presentación también va a haber dirigentes políticos peronistas que tratan de ir por el “desfiladero del medio”. Nada positivo suele salir de ahí, pero es bueno intentarlo.

El resto del peronismo entendió que no sirve el camino del medio. Por eso, este lunes los intendentes del conurbano van a marchar con los sectores duros del moyanismo, la CTA y La Cámpora para pedirle al Gobierno que “revalorice el rol del Estado en el control y planificación de la economía”, “rediseñar el sistema financiero”, más controles al comercio exterior y cambios en la Justicia, entre otros.

Alberto Fernández no va a participar de ese acto. Va a inaugurar obras en un evento mucho más modesto en Cañuelas. Desde ahí planificará la utópica idea de ir por la reelección.

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