Las absurdas e incoherentes pretensiones del reclamo de los supuestos “mapuches”. Por Ernesto Nicolás Mazzucco.

Las absurdas e incoherentes pretensiones del reclamo de los supuestos “mapuches”. Por Ernesto Nicolás Mazzucco.

La cuestión mapuche ha generado una serie de interrogantes sobre la legitimidad del reclamo de los pretendidos pueblos originarios que merecen ser abordados.

La ley 26160 ha creado una serie de privilegios por pertenecer a un grupo étnico o autopercibirse integrante del mismo que ha vulnerado la igualdad ante la ley de los ciudadanos de nuestra república.  

Al inscribir una etnia originaria en el Registro Nacional de Pueblos Originarios, los integrantes de esa comunidad pasar a tener la facultad de reclamar “tierras ancestrales” desconociendo derechos previamente adquiridos por otras personas, entre ellos la propiedad del suelo. Por lo tanto, hemos reestablecido por medio del pensamiento progresista populista nada mas ni nada menos que los títulos de nobleza y las prerrogativas de sangre, ya que en contra del artículo 16 de nuestra Constitución hoy quien porta sangre mapuche o de alguna otra etnia originaria tiene un privilegio sobre quien no la tiene, una verdadera locura del medioevo peronista.

En segundo lugar nos queda pensar en cuál es la verdadera pureza de sangre y raza de quienes reclaman, y si, sé que suena totalmente desquiciado, pero igual que Hitler con los arios, a nosotros por esta descabellada legislación nos toca indagar sobre la pureza de sangre de los mapuches, ya que para validar la pertenencia a ese grupo étnico habría que recurrir a la genética, al análisis de ADN para saber cuánto de mapuche tienen los autopercibidos mapuches, y cuanto tienen del crisol de razas argentino del que somos parte los demás…


Por las dudas ningún “mapuche” se hace un ADN, si, puede ser que por la tátarabuela tengan sangre de esa etnia, pero por las otras vertientes filiales son gallegos, italianos, judíos, rusos, bolivianos, peruanos, afrodescendientes, árabes y chinos, entre otras razas. Cualquier argentino promedio perdido entre la inmensidad del territorio nacional puede arrojar más sangre mapuche que algunos de los que están en el acampe y la toma.

Superadas estas pequeñas cuestiones técnicas, nos toca hablar de la legitimidad del reclamo como tal, lo primero que tenemos que decir es que según la historiografía la Patagonia era la tierra originaria de los tehuelches, los cuales fueron invadidos y exterminados por los mapuches, pueblo guerrero y sanguinario que masacraba en busca de expandir su poder y hegemonía del otro lado de la cordillera, ya que su tierra original es Chile. 

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Dicho esto, la tierra que reclaman los mapuches por su privilegio originario le corresponde a los tehuelches, por lo cual desde el vamos ya es ilegítima la pretensión de ir sobre la soberanía de la Patagonia. 


Además, es totalmente descabellado reclamar tierras por la posesión pasada, sino, yo, que llevo sangre de Perez, Reynal y Ruiz de Gauna, media España en mis venas, y en calidad de ciudadano argentino con sangre hispana, debería poder reclamar las tierras del Virrey, puesto que el puerto de Buenos Aires lo fundó el español Pedro de Mendoza en 1536, tres siglos antes de que los mapuches crucen la cordillera!, vamos, porque no nos dan la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a los que tenemos sangre española?, es nuestro derecho originario!!. Claro, para los progresistas porteños kirchneristas y trotskistas que promueven esta agenda es muy divertido sembrar discordia sobre la propiedad de los habitantes de la Patagonia, pero sobre la propiedad de las tierras de Palermo, donde tienen sus departamentos, no hay discusión posible.
Así de absurdo suena esta idea de reclamar derechos por posesión pasada y original.

Por último, cual fue la verdadera legitimidad de la conquista del desierto de Roca, que seguía la línea de la estrategia de Alsina y antes la de Rosas, claramente, la avanzada de la soberanía Argentina hacia al sur tenía que ver con que la Patagonia podría ser invadida por los ingleses de las Malvinas, por el ejército chileno a través de la cordillera, o por cualquier flota imperial de esas que en 1880 se estaban disputando de forma imperial el África, Asia y la Oceanía, quien sepa historia sabe que esos años fueron de anexión y conquista a escala mundial, y Roca lo vio, por eso se adelantó.

 
Además, el pueblo originario, indio para la época, era enemigo del hombre blanco desde tiempos pretéritos, ya que los mismos organizaban malones para incursionar sobre la tierra en posesión de los españoles para saquear ganado, quemar cosechas, matar hombres y secuestrar para reducir a servidumbre a los llamados cautivos, mujeres y niños, los cuales eran violados y humillados en su paso a la reducción a la servidumbre. Esos eran los mapuches de verdad, los de la rapiña y el pillaje, los cuales difícilmente puedan ser bañados de un aura angelical para ser presentados como pueblos pacíficos, amantes de la concordia y la convivencia entre etnias.  

Por Ernesto NIcolas Mazzucco.

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