Tribulaciones, lamento y ocaso de un tonto rey imaginario o no

- Por Osvaldo Bazán
Nosotros, los indispensables. Ilustración: Bernardo Erlich
Nosotros, los indispensables. Ilustración: Bernardo Erlich

Algún día Dios y la Patria se lo van a demandar a todos ustedes, ¡manga de desagradecidos!

Nosotros no merecemos esto.

Nosotros, los verdaderos, los de la primera hora, o de la segunda, o de un cachito más tarde; nosotros funcionarios que sin distinciones funcionamos o no funcionamos; nosotros peronistas que sin distinciones somos de derecha, de izquierda, de centro, de adentro o de lo que sea necesario; nosotros que recuperamos YPF, que privatizamos YPF, que estatizamos YPF, que pulverizamos YPF; nosotros que continuamos las veinte verdades peronistas o las que hagan falta, sean verdades o más o menos; nosotros que ante el primer centímetro cuadrado vacío que vemos en el Estado no dudamos en llamar a parientes, amigos, amigos de los parientes, parientes de los amigos sin importarnos si saben la tabla del uno o si Cabo Verde queda en Asia o en África, como la pobre chica aquella inspectora de la Dirección de Sanidad de Fronteras que en noviembre del año pasado no aplicó el protocolo que había que destinar a toda embarcación que viniera de África por lo del Covid porque no podía pasar la prenda “¿Dónde ubico este país?” de Feliz Domingo y creía que Cabo Verde estaba en Asia. ¿Se acuerdan? ¿A quién le importa dónde diantres queda Cabo Verde? ¿Cabo Verde? ¿Qué es? ¿Una verdulería? A la pobre le dijeron de todo, hasta inútil, decí que por supuesto no la echamos porque antes que nada somos pan, somos paz, somos más, somos peronistas como Piero.

Nosotros, sindicalistas que no tenemos ni que trabajar en nuestro gremio para saber de qué se trata. ¿O vieron alguna vez a algún Moyano arriba de un camión? ¿Vieron a Barrionuevo con la bandeja en la mano? ¿Imaginan a Héctor Daer marcando tarjeta en un laboratorio? ¿Creen que los conceptos “Gerardo Martínez” y “fratacho” se llevan bien? ¿O a Baradel…? Bueno, tampoco se figuren a Baradel en ninguna actividad, es muy temprano para una imagen tan fuerte.

Nosotros que conseguimos dólares cara chica, cara grande o lo que sea; nosotros que como bien dijo el humilde Carlos Zannini no tenemos que tener culpa por habernos vacunado antes porque somos personalidades que necesitan ser protegidas por la sociedad; nosotros que andamos en helicópteros pero no para escaparnos de nuestras obligaciones, sino para acudir a ellas y saltarnos los piquetes porque nuestra actividad sí es importante, no como la de ustedes.

Nosotros, empresarios encuadernados y zafados, envueltos en nuestras maravillosas roscas peronistas; nosotros intelectuales, artistas y periodistas que caminamos unos dos metros por arriba de todos ustedes que lo único que saben hacer es quejarse de lo que cuestan las cosas, ¿la cortan por favor, con tanto lloriqueo? “¡Ay, que cobro la mínima! ¡Ay, que PAMI no me atiende!”.

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¿No ven que estamos dejando todo en la cancha?

Puede parecer que no estamos dejando nada, que lo que hacemos es levantarla con pala, pero no, yo les aseguro que estamos dejando todo, todo, todo.

Estamos dejando la mayor deuda de la historia contemporánea argentina, estamos dejando más de un 50 % de pobres, estamos dejando la mayor inflación desde la convertibilidad. ¿No les alcanza? ¡Qué pueblo insaciable, el argentino! Estamos dándolo todo, estamos dejándolo todo y así nos pagan.

¿Se quejan de que Argentina es un bajón, que no hay una sola alegría?

Ok, lo solucionamos.

Vino Sergio y les armó una fiesta en Casa Rosada como no se veía desde la época del Cal Los.

¿No querían neomenemismo?

Bueno, ahí tuvieron.

Pero no.

¿Qué hicieron?

¡También se quejaron!

¡Son el antipueblo!¡ No hay alegría popular que les venga bien!

¿Qué quedó de aquella maravillosa época de “roban pero hacen”? ¿Qué es eso de cambiarlo por “me roban y no me alcanza para comer”? ¡Egoístas!

Todavía nos acordamos de cuando la Jefa festejó los 30 años de democracia con Moria. Es cierto, había un poco más de algarabía. ¡Cómo olvidar a Cristina tratando de embocarle al ritmo con los palitos de Choque Urbano! ¡Qué épocas! Esta vez no dio para tanto, apenas alcanzó para Moria pero bueno, tampoco había 10 muertos que tapar ni saqueos en más de 10 provincias como aquella vez. ¡Qué épocas que con un poco de la monigoteada de Fuerza Bruta ya estaban todos contentos!

Además, se lo pasaron preguntando por la seriedad de los apoyos a Sergio. Contestamos seriamente: pusimos a Moria en primera fila. ¿Más seriedad quieren? Nadie remarcó eso. Sólo se fijaron en José Luis Manzano, en Daniel Vila, en Mauricio Filiberti, el rey del cloro. ¿Por qué hacer hincapié en ellos? Son jodidos, eh. ¿O se hacen los vivos ahora con el pobre Manzano, que ya sufrió a manos nada menos que del perro de la jefa, el previamente vacunado Horacio Verbitsky, que hasta le robó la frase con la que tituló su libro más vendido, “Robo para la corona”?

¿Cómo no recordar que Chupete Manzano, de Tupungato para el mundo, mientras estaban tratando la, como dicen nuestros amigos, “polémica” privatización de Petroquímica Bahía Blanca, le largó a sus compin… digo, a sus colegas legisladores: “Sólo tengo una cosa que decir. Yo robo para la corona. ¿Les quedó claro o alguien necesita alguna explicación adicional?”?.

Bueno, sí, Verbitsky reventó a Manzano con su libro en los ’90 y ahora es ideólogo de un gobierno que lo invita en primera fila. ¿Y qué? ¿Es pecado cambiar de opinión?

¿Apoyo del empresariado argentino, querían?

Ahí estaba Gustavo Weiss, el por tercera vez presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, elegido en 2021 como en 2013 y en 2016.

Ponele que en enero del ’19 el juez Claudio Bonadío, jodiendo con la Causa Cuadernos, ordenó el allanamiento de la sede de la Cámara en La Plata por la sospecha de que la empresa Eleprint, de Weiss, pagó más de 97 millones de pesos en coimas.

Es cierto que Leo Fariña había declarado ya en 2016 ante el fiscal Garganta que, gracias a las coimas, la empresa de Weiss fue una de las mayores beneficiarias de la obra pública en suelo bonaerense, por ejemplo en el Estadio Ciudad de la Plata (entre 1998 y 2006, una construcción en la que se gastaron fondos diez veces mayores a los presupuestados) y en la Cámara de diputados bonaerense.

Es cierto que Eleprint remodeló la casa de huéspedes de Olivos para que viviese Florencia Kirchner durante el embarazo y nacimiento de Helenita por sólo 28 millones de pesos. ¡Ah!, ¡claro, y ya sólo por eso es sospechoso, por favor!; construyó el Hospital en Calafate en Santa Cruz, donde tuvo también negocios en la industria petrolera, tendió una red eléctrica y arregló un tramo de la ruta 40. ¡Y sólo por eso lo juzgan mal, lo miran como si fuera qué, ¿un ladri?! ¡Por favor! ¡Más respeto!

Dejen de manchar nombres impolutos que después sacarse una sospecha de corrupción, sale carísimo.

¡No saben lo que sale una pauta en los blogs de los periodistas más famosos!

A Weiss lo acusaron de recibir millonarias sumas de dinero por parte del ínclito Julio de Vido para hacer obras en Berazategui. ¡Mirá que pensar que De Vido pueda llegar a ser corrupto! ¡Qué esfuerzo de imaginación hay que hacer! ¡Mirá que va a ser cierto eso de que Weiss aplicó sobreprecios y facturaciones y se quedó con negocios por más de 400 millones de pesos!¡Malpensados! 

Ok, los datos aparecieron en un pen drive que secuestraron en el allanamiento de la casa de Ernesto Clarens.

¿Y?

¿Eso quiere decir algo?

¿Por qué no recuerdan que allá por el ’18, en medio del escándalo cuadernos, se dijo “el de la corrupción es un tema de las personas, no de las empresas” para que la Justicia no se llevara puesta a esas empresas a las que tanto les interesa el país? ¿Y qué hizo Weiss? ¡Dio un paso al costado y dejó la presidencia de la Cámara de la Construcción! ¡Ahí tenés un gesto de honradez, ves?

¿Agradecieron eso?

¿Nos quedaron rencores con el presidente de la Cámara?

No, no quedaron, somos pan, somos paz, somos más.

No como ustedes que son biliosos, resentidos y envidiosos

¿Se piensan que si algo de todo eso hubiera sido cierto, a fines del año pasado la Cámara lo hubiese puesto a Weiss otra vez como candidato de consenso en la lista única elegida por más de 1300 representantes, y lo hubieran vuelto a elegir como presidente de la Cámara, como efectivamente ocurrió?

¿Eso creen?

El prestigioso empresariado argento estuvo ahí en la coronación, como muestra de apoyo al querido Sergio.

Ninguno de los presentes fue sólo para asegurarse que la de ellos estuviera, obvio. Si todos son suficientemente peronistas como para cantar eso de “combatiendo el capital” siempre y cuando no sea el propio, claro.

Quinientos invitados y todos llegando en nuestros Audis, en nuestros Mercedes, en nuestras camionetas Toyotas…bueno, “nuestras”, una manera de decir, porque como anduvo fisgoneando @gonziver, ese Sherlock Holmes ensamblado en Villa Ballester, la camioneta en la que llegó Sergio a su fiestita está a nombre de Toyota Argentina y debe $224.712 de multas de CABA y $151.350 de multas en Provincia de Buenos Aires. ¿Ahora resulta que es importante saber si la camioneta es un leasing con la Cámara de Diputados y Sergio se la quedó? ¿Es necesario saber si era de la Cámara de Diputados, si se mandó todas las contravenciones y no pagó una sola y si encima se la quedó para uso propio? En todo caso, si todo eso es cierto, no hay mejor prueba de que Sergio y el kirchnerismo son lo mismo. Se kirchnereó una camioneta, ¿y?

En vez de agradecer la cohesión de la coalición, no, van y se hacen los ofendidos.

Así no se puede.

Afuera estaban todos calentitos. Adentro la que estaba calentita era Male (a la que nadie puede acusar de hipócrita y que oculte un poquito al menos las ganas que le tiene al puesto de Primera Dama), que se puso a gritar algo como “acá tenés los pibes para la renovación” hasta que Sergio, que es un componedor, puso las cosas en su lugar. Porque una cosa es gozar por los sueños compartidos y otra muy distinta meter la cabeza en la boca del león.

Menos mal que está él con todo el superpoder ahora. Bueno, que quiso meter a un viceministro y no pudo, ¡ah, la gran cosa! Eso no quiere decir que no sea súperministro, tontitos.

Además, ¡ah, qué terrible! a don Rubinstein le descubrieron unos tuits en donde trataba a Cristina de loca, ¿a quién se le puede ocurrir que Cristina no está en el pleno uso de sus facultades mentales alteradas?

Lo que pasa es que no saben decodificar sus mensajes, porque ella no habla, ella manda mensajes; si se fotografía mirando para allá es una cosa, ahora si se fotografía mirando para acá, es otra. Las divinidades son así, hablan a través de parábolas.

Igual, acá entre nosotros, que el tal Rubinstein haya escrito tuits contra Cristina era para mí la mejor señal de que podía integrarse al espíritu de la coalición, que es justamente ese: tirarse con todo, insultarse y humillarse en público durante años para después poner carita de perro que tumbó la olla y hacerse mimitos en públicos, toco el aire, a vos no te toco; taza taza cada cual a su casa; listo el pollo, pelada la gallina, acá no pasó nada y todos unidos triunfaremos. ¿De verdad, bajar a Rubinstein por unos tuits? Ya no somos lo que éramos, qué pena.

Y ustedes sólo saben quejarse.

Viene Ginés lo más tranquilo en primera en un avión, agarra del cogote a una vieja pelo de cocker que le grita y ya es un escándalo.

Por favor.

Dejó la vida Ginés para protegernos de Pfizer, para que no se lleven los glaciares y ¿así le pagan? ¿No ven que Ginés es amigo de los grandes, de Sigman ponele? ¿Se creen que alguien tan importante y prestigioso como el multimillonario Sigman apoyaría mínimamente a alguien que no fuera tan conspicuo y honrado como él? Son los dos exactamente iguales de apreciados y virtuosos.

Sinceramente no entiendo el descontento, eso de correr gente, esta espiral de violencia en la que nos están metiendo estos “ciudadanos” por decirlo de algún modo. ¡Qué poco sentido cívico estos que insultan al grito de “pagame el censo”! ¡Pagame el censo! ¿En serio? ¡Seis mil pesos! ¿Le van a gritar a un súperministro por seis mil pesos! “¡Ay, pasaron tres meses y no cobramos!”. Por favor, mariquitas, dejen de llorar. ¿Se creen que una patria se hace en tres meses? ¿Saben lo que le llevó a Máximo ganar 6000 pesos? Bueno, está bien, un poco menos de tiempo, pero no importa. ¡Tanto grito por seis mil pesos! ¿Sabés cómo te va a quedar la garganta? ¡Ni para Gargaletas te va a alcanzar!

En vez de celebrar que hay un tren que te lleva de Cañada de Gómez a Rosario en dos horas y media, para apreciar mejor el paisaje que no verías en los cuarenta y cinco minutos que te lleva el viaje en auto, no, van y se quejan. Que haya un solo viaje de ida y uno de vuelta por día, bueno, es poco, ponele, pero tampoco es tan grave. Si sos de Cañada de Gómez podés pasar un día entero en Rosario, esquivando balas, ¿Qué mas querés?

¿O no se dan cuenta del valor simbólico de que el súper ministro recién nombrado, el presidente recién destituido y el gobernador santafesino que andá a saber dónde está parado se junten en medio del mayor quilombo de los últimos años y se vayan a inaugurar 74 kilómetros del tren cebita que costó mil millones de pesos?

¿Se creen que no tenían nada que hacer?

Claro que tenían, pero igual, fueron. Tanto fueron que la señora que le gritó “Hola, Sergio” consiguió que el ministro se acercara y después, taimada, le tiró con un “cómo andás, chorro”, pobre Sergio. Encima como de costumbre andaban con uno de esos inventos infernales, un telefonito que al toque mandó la grabación a todos los telefonitos infernales del país.

Menos mal que América 24 decidió no pasar nunca más esas grabaciones. Ahora sí que nadie las va a ver. Y fush, fush Viviana Canosa que no hacía más que soliviantar al personal.

Ahora sí, volveremos a la calma.

Hay que ser muy mal pensado para unir las decisiones de América 24 con la amistad entre Vila, su dueño, y Massa, su dueño. 

¿Qué necesidad de decirle “Qué te hacés el presidente vos, forro?” a una persona que sólo tiene un sueño?

Déjennos caminar tranquilos por las calles.

Las cosas ya se van a mejorar.

Tengan fe.

¿Tanto lío porque no hay pan?

¡Coman torta y déjense de joder!

No se olviden que al menos, no gobierna la… que no gobierna la…, este, o sea.

No se olviden que no gobierna nadie.

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