Casas embrujadas en Bahía: la aterradora experiencia de una pareja que se mudó a una exfuneraria

En 2018, Candelaria y su novio se mudaron a una vivienda del macrocentro: una aparición, miedo y una vela flotando en el aire.
Casas embrujadas en Bahía: la aterradora experiencia de una pareja que se mudó a una exfuneraria

Los relatos de bahienses sobre experiencias paranormales parecen mucho más comunes y masivos de lo que se puede imaginar.

La semana pasada La Nueva. publicó un informe sobre una casa embrujada en Villa Mitre en la que se escuchaban corridas y pasos en el techo y pasillos. A partir de ese relato, otros bahienses se animaron a contar sus experiencias.

Candelaria abrió las puertas de su nuevo hogar para relatar la experiencia más aterradora de su vida: su paso por una vivienda que fue una casa velatoria muy reconocida de la ciudad, de la cual se tuvo que ir por sucesos que no tenían explicación lógica pero le generaban mucho miedo.

"Nos mudamos con mi expareja en 2018 sin saber que en ese lugar, de calle Donado al 200, había funcionado una funeraria. La entrada tenía un pasillo largo y oscuro que llevaba a un patio en el que había una fuente en el medio; en la planta alta teníamos tres habitaciones, la cocina comedor y el living", contó Candelaria.

"Era un poco tétrica porque necesitaba reformas, pero en aquel entonces y con algunas mejoras que propusimos, decidimos alquilarla", explicó.

El primero en tener sensaciones de incomodidad fue Marcelo. "A pesar de haberla pintado y mejorado él me decía que no se sentía cómodo: a partir de ese día solo pudimos habitarla durante seis meses", agregó.

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En principio, la mudanza le trajo a la pareja una mala racha, ambos fueron despedidos de sus trabajos en la misma semana y el malhumor y las discusiones comenzaron a ser moneda corriente.

"No dormíamos bien, se estancaban todas las cosas que nos proponíamos, nuestros amigos no querían venir y un día hablando con mi abuela me dijo que podía haber alguna mala energía. Una noche dejé un vaso con agua para comprobarlo y a la mañana parecía soda por la cantidad de burbujas que se habían formado, lo cual, supuestamente, indicaba las malas vibras que sentíamos en el lugar", dijo Candelaria.

Sin embargo, fue Marcelo quien tuvo la primera experiencia paranormal.

"Un día él estaba en el comedor y vio pasar a una mujer de una habitación hacía el baño y ahí comenzamos a tener mucho miedo: y con ese miedo experiencias que aún hoy no podemos explicar", aseguró.

"Los cuadros se caían a mitad de la noche, los portarretratos se daban vuelta o se caían y un rosario con cadenita de plata que usaba en el cuello aparecía llena de nudos y con la cruz invertida cuando se despertaba", explicó.

"Empezamos a tener mucho miedo y le contamos lo que nos pasaba a nuestros amigos para saber si alguien podía ayudarnos. Una amiga me consiguió agua bendita y me dijo que pusiera una tijera abierta en la punta de la cama para ponerle límites a todo eso que nos pasaba. Además giramos la cama de lado porque no podíamos dormir y si bien algunas mañanas la tijera aparecía cerrada parecía que todo se acomodaba", relató.

En medio de todo eso pidieron que algún cura párroco llegase hasta la casa a bendecirla, recurrieron a videntes y a otros métodos para poder vivir en paz, aunque nunca lo consiguieron. Hasta que una noche ocurrió lo más sorprendente de todo y decidieron abandonar el lugar.

"Una amiga de mi abuela nos trajo una virgen de esas que van circulando de casa en casa y no nos quedaron dudas de que algo malo había. Cuando la subíamos por la escalera se escuchaban golpes muy fuertes en una de las habitaciones".

"Pusimos a la virgen en el medio de una habitación y le encendimos una vela y mientras cenábamos nos empezamos a sentir muy incómodos. Cuando fuimos a observar a la virgen vimos que la vela estaba suspendida en el aire y cada vez más cerca de la imagen. Agarramos algunas cosas y decidimos irnos de la casa sin dudarlo", relató.

"De lo único que me arrepiento es de no haber grabado un video con la vela flotando en el aire para que no queden dudas de lo que vimos, pero en ese momento todo fue tan aterrador que solo quise irme de la casa", explicó Candelaria.  

"Con el tiempo nos enteramos de que en ese lugar había una funeraria y al menos sentimos que había una posible explicación para lo que nos tocó vivir. Fue algo aterrador y hasta hoy lo recuerdo con escalofríos", aseguró.

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